El derrumbe que dejó las residencias prácticamente en el aire es de 32 pies de profundidad, explicó el director ejecutivo de la Agencia, Miguel Ríos Torres. Los residentes viven en incertidumbre pagando por una casa que no viven.
El derrumbe que dejó las residencias prácticamente en el aire es de 32 pies de profundidad, explicó el director ejecutivo de la Agencia, Miguel Ríos Torres. Once familias viven en incertidumbre.
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