El atacante, de 33 años, se enfrentó a tiros con la policía en Lakeland, Florida, y se rindió tras resultar herido. Una niña de 11 años es la única sobreviviente del ataque en el que murieron cuatro personas. Se cree que el sospechoso escogió a sus víctimas de forma aleatoria pues hasta ahora no se ha encontrado ninguna conexión entre ellos.
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