Daniel Espinosa, un hispano que trabaja en una tienda en California, se convirtió en héroe local gracias a una arriesgada acción. Tras ser alertado por la policía de que la tarjeta usada en una transacción en su establecimiento era robada, siguió a los sospechosos para tratar de conseguir la placa del vehículo y ayudó a salvar a un niño de dos años que había sido secuestrado.
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