El 22 de octubre del año pasado dos personas fueron asesinadas a sangre fría en plena luz del día frente a su casa. Su muerte ocupó los medios locales de Nueva York, pero el caso ha tomado una relevancia nacional porque el presunto asesino que apretó el gatillo fue un exjefe policial de Texas.
"Tenemos que hacer algo": convenció a su marido policía para matar a su ex y recuperar a sus hijos
Charlene Childers, acusada de asesinato, sostiene que planeó la muerte de su expareja para recuperar la custodia de sus dos hijos. Para ello, contó con la ayuda de su esposo, un jefe policial en Texas. Ella se ha declarado culpable mientras que él defiende su inocencia.

La tarde de aquel día, Joshua Niles se hallaba a la entrada de su hogar, situado en Sodus, una pequeña población a orillas del Lago Ontario, mientras su novia, Amber Washburn, estaba en el interior de una camioneta parqueada. Ella lo estaba esperando porque él había comenzado a hablar con un hombre que llegó de manera inesperada. Vestido con ropa oscura y con el rostro tapado por una capucha.
De repente, un disparo. "Escuché un tiro. Me giré y me volví cómo Josh se apretaba el pecho y cómo Amber daba marcha atrás con el auto", testificó Tiffany Thayer, una vecina que vio desde su casa lo que sucedía.
Según ella, Niles, de 28 años, se metió bajo el auto gateando mientras gritaba el nombre de su pareja. Poco después, el hombre vestido de oscuro disparó nuevamente contra Niles e inmediatamente disparó hacia el auto contra la mujer. "Cuando se volvió (...) yo vi su cara", dijo la testigo.
Tanto Niles como Washburn murieron y el asesino logró escapar. Cuando las autoridades llegaron al lugar del crimen encontraron un niño en la parte posterior del auto. Afortunadamente no había resultado herido y, tal como creen los fiscales, fue parte del motivo del brutal asesinato.
El niño era hijo de Niles y su anterior pareja, una joven identificada como Charlene Childers, que en esa época vivía en Texas. Las autoridades creen que ella planeó la muerte para poder recuperar a sus hijos, cuya custodia había perdido, según indicaron amigos y familiares a Spectrum News. Para ello contó con la ayuda de Timothy Dean, exjefe de policía de Sunray, en Texas, y su actual marido.
Al inicio de este juicio, los fiscales indicaron que Dean recorrió las 1,600 millas que hay entre Texas y Sodus para materializar el plan. Para mantener su acusación se basan en el testimonio de 12 testigos, en los que se incluyen vecinos, oficiales, un mánager de un negocio de renta de carros y la propia Childers.
La mujer ha reconocido su culpabilidad dentro de un acuerdo para reducir su condena de segundo grado a homicidio en primer grado. Además, renunció a la posibilidad de recurrir la sentencia.
Según su testimonio, en octubre de 2018 viajó a Nueva York para ver a sus hijos. A su regreso, ya había tomado la decisión. "Tenemos que hacer algo (...) Le dije a mi marido que teníamos que llevar a cabo el asesinato y él estuvo de acuerdo", dijo en el juicio el pasado 21 de mayo.
"Nos sentamos y lo planeamos, describimos cómo lo íbamos a hacer y qué se iba a utilizar, qué tipo de arma y cuándo", afirmó. Según ella, Dean debía agarrar un revolver de 9mm del propio Departamento de Policía de Sunray. Después, contó con la ayuda de un amigo de dicho departamento, Bron Bohlar, quien alquiló un auto para el viaje. Bohlar se declaró culpable el pasado febrero de conspirar.
Tras el asesinato, ella llamó a la madre de su anterior pareja para confirmar la muerte y así recoger a los menores. "Tuve lo que quería", dijo en la corte, pero todo se torció cuando unas semanas más tarde fue arrestada, junto a su marido, acusada de asesinato.
Pese a su declaración de culpabilidad, Dean sigue manteniendo su inocencia. Su defensa sostiene que no hay pruebas definitivas contra él y está tratando de poner en duda la credibilidad de Childers. "Ha contado muchas historias diferentes por muchas razones diferentes y la mayoría son para servir a su propio interés", dijo el abogado Joe Damelio.
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