Un hombre con una gorra roja de “Haz Estados Unidos grande otra vez” se acerca al micrófono e improvisa un rap sobre Donald Trump; una estadounidense musulmana se dirige al público para hablar contra el odio, pero es abucheada por un puñado de manifestantes radicales; fanáticos religiosos advierten a una pareja de lesbianas que arderán en el infierno por ser pecadoras. A minutos del estadio donde se celebra Convención Nacional Republicana en Cleveland, Ohio, un micrófono abierto en la plaza Public Square se ha convertido en el punto neurálgico para ciudadanos que sienten la urgencia de ventilar sus ideas, por más extremas que sean.