La belleza y complejidad del mundo se destaca en el premio Alexia de fotografía 2016
Estas son las imágenes ganadoras del concurso anual de la fundación Alexia. Fotoreportajes realizados en Brasil, Colombia, México, Estados Unidos, India y Sudán son los más importantes del año.
Cientos de mujeres y niños viven en una cueva para encontrar refugio del bombardeo continuo por las fuerzas del gobierno de Sudán, en el centro de Darfur, el 2 de marzo de 2015.
Adriane Ohanesian
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Dos guerrilleras de las FARC del bloque Arturo Ruiz, dentro de uno de los campamentos. Esta unidad es una fuerza de reacción rápida para se ayudar a otros grupos de las FARC. Alrededor del 35% del territorio colombiano está bajo el control estricto de las Fuerzas Revolucionarias de Colombia. Por la poca presencia del estado en estas regiones, la población de estos territorios casi no tiene alternativas.
Alvaro Ybarra Zavala/Getty Images
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Un grupo de desplazados de la comunidad de Pulbusa, cerca del río Tapage. En los últimos meses se ha producido un violento combate entre el ejército y paramilitares apoyados por el ejército, contra las FARC. Nadie sabe el número exacto de desplazados en la zona. Muchos de ellos llegaron a la capital local de El Charco, donde están viviendo en condiciones deplorables.
Alvaro Ybarra Zavala/Getty Images
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El cuerpo sin vida de María Pascual, de 43 años, es llevado al cementerio de Tumaco. La asesinaron frente a su hija en la comunidad de La Guaiyacana. Las autoridades afirman que fue asesinada por las FARC, mientras que vecinos dicen que se fue el grupo paramilitar Águilas Negras, que controlan la zona. Todo el mundo en Tumaco tiene miedo de hablar.
Alvaro Ybarra Zavala/Getty Images
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Un grupo de chicos escalan un árbol en el río Xingu en la ciudad de Altamira, Brasil el 29 de marzo de 2014. March 29, 2014. Un tercio de la ciudad se inundará permanentemente por la presa cercana Belo Monte.
Aaron Vincent Elkaim
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Los miembros de la tribu indígena munduruku sobre en un banco de arena en el río Tapajós, mientras se preparan para una protesta contra los planes de construir una serie de presas hidroeléctricas en el río en el estado de Pará, Brasil. Los Munduruku tradicionalmente viven a lo largo del río y dependen de la pesca y el sistema del río para su subsistencia.
Aaron Vincent Elkaim
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Veia juega con su niño junto a su familia. Se auto denominan "Extractavistas". Son los descendientes de los trabajadores que se dedicaron a la explotacion del caucho desde hace generaciones. Ahora viven a lo largo del río, con una economía basada en la recolección de productos naturales sostenibles como el caucho, nueces y aceites.
Aaron Vincent Elkaim
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Un niño del poblado xikrin "Pot Crô", posa para una foto en las orillas del Río Bacajá. Su nombre significa "el agua que corre en el río es la misma que la sangre que corre por nuestras venas." Los Xikrin son una tribu guerrera que se han opuesto vigorosamente a la presa. El Bacajá, un afluente del río Xingu, quedará muy seco después de que se complete la presa.
Aaron Vincent Elkaim
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Una familia munduruku, mira Telenovelas brasileñas en el pueblo de Sawre Muybu. A pesar la lejanía de sus pueblos tienen generadores, refrigeradores y televisores. Muchas comunidades indígenas están provistas de estos bienes por parte del gobierno y de la industria con la esperanza de ganar su apoyo a las represas.
Aaron Vincent Elkaim
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Casi una cuarta parte de la población se ha trasladado al extranjero en busca de una vida mejor. Moldavia es una mancha blanca en el mapa y los medios están ausentes. Este es un viaje a través de una tierra silenciosa de entre los sueños y la realidad.
Asa Sjöström
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Combatientes rebeldes se relajan dentro de una casa detrás de una posición de primera línea el 31 de enero de 2015, en Gorlovka, Ucrania. Los combates en Ucrania se ha intensificaron luego que los rebeldes que declaran el final de un alto al fuego en septiembre.
Brendan Hoffman
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Thabsile Brillo Sishi, 25 (d), encabeza la procesión funeral de su tía Thembi Veze, junto con su hermano, Bongumenzi. Habían estado viviendo con su tía y sus tres hijos en el campo de tránsito de Richmond, cerca de la granja Durban desde el año 2009.
Krisanne Johnson
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Miles de personas se reúnen en Kakapora, Cachemira, para el funeral de Talib Ahmed Shah, 21 años, un militante de Cachemira Lashkar-e-Taiba.
Nathaniel Brunt
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Hombres se reúnen para una procesión en Sopore después de la liberación del líder separatista Syed Ali Shah Geelani que había pasado 236 días bajo arresto domiciliario.
Nathaniel Brunt
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Tambores en una ceremonia de boda en Chittybandi, en la Primavera 2013.
Nathaniel Brunt
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Genaro cierra la oficina del dentista después de un largo y duro día de trabajo.
José Márquez
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Genaro junto a su familia en la hierba fuera de su apartamento en El Monte, California, para jugar antes del anochecer.
José Márquez
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Willie E. White, de 88 años, posa para un retrato en casa de su hija en Durham, Carolina del Norte. Hace diez años, Willie fue diagnosticada con la enfermedad de Alzheimer y ha ido perdiendo su memoria y la capacidad de realizar tareas como preparar el desayuno, tomar una ducha, y cepillarse los dientes.
Gabriela Arp
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Willie sostiene una fotografía de su madre y su padre con su prima. Ella los reconoció y llamó de inmediato al ver esta fotografía.
Gabriela Arp
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Edwin Amaro camina por la barandilla de la entrada de una construcción en el sur del Bronx. Está junto a sus amigos Cole Jeffers y Chavi León, el 27 Feb 2016,
Sarah Blesener
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Cole Jeffers, Chavi Leon, Marco Vásquez y Edwin Amaro bajan por la entrada de una construcción del sur del Bronx, Nueva York, el 17 Feb 2016.
Sarah Blesener
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Mientras duerme Leandro, Santiago García hace cosquillas Josué antes de acostarse en la habitación compartida de la familia en Santa Ana. Santiago García construyó la casa de su familia en la misma parcela de tierra de sus padres y tiene la intención de continuar en esta casa para el resto de su vida.
Nick Wagner
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Rosalino García Santiago, de 33 años, cosecha tabaco burley cerca de Fountain Run, Kentucky. El trabajador migrante de Santa Ana, Oaxaca, México, deja a su esposa y tres hijos de nueve meses a la hora de ganar un salario digno.