El Infernal, una comunidad agrícola de Pinar del Río, es uno de los retirados parajes que hace que Cuba parezca que se detuvo en el tiempo. Lejos de los autos, los parques acuáticos o los aires acondicionados, un ingenioso invento refresca a los vecinos en el inclemente verano caribeño: una piscina tirada por un tractor.