En un país que ha sido históricamente gobernado por élites conservadoras, Gustavo Petro, un izquierdista con pasado guerrillero, se perfila como el líder en intención de voto. Aunque el apoyo podría no ser suficiente para evitar la segunda vuelta contra el derechista Federico Gutiérrez, el liderazgo de Petro es inusual en un país que tradicionalmente teme y rechaza a la izquierda.