Condones: una herramienta de usos múltiples para los cubanos (fotos)
Bien sea para pescar, fermentar licor o como pelota para jugar, los preservativos funcionan en Cuba para propósitos distintos a su uso principal. Con una economía en la que el estado subsidia los productos básicos y dónde casi todo escasea desde hace décadas, una caja de tres útiles condones cuesta cuatro centavos de dólar.
Orestes Estévez produce legalmente vino de frutas en su casa de La Habana. Utiliza casi 300 botellones de 20 litros para el proceso de fermentación, donde la levadura convierte el azúcar en alcohol y expulsa dióxido de carbono.
Ramón Espinoza/Ap
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El ingrediente principal de los vinos de Estéves son las uvas pero también utiliza jengibre, fruta bomba o remolacha. Para permitir que el gas salga sin que se contaminen los jugos durante la fermentación Estévez utiliza condones, a los que les hace dos pequeños orificios.
Alexandre Meneghini/Reuters
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Una sencilla válvula de fermentación o ‘airlock’ podría costar unos cinco dólares en EEUU. En Cuba, una caja de tres condones cuesta cuatro centavos de dólar.
Ramón Espinoza/Ap
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Un niño juega con un condón inflado durante la manifestación del Primero de Mayo en La Habana. Décadas de sanciones económicas de EEUU y una economía controlada casi totalmente por el estado mantienen vacías las tiendas de la isla.
Alexandre Menegini/Reuters
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Alex Pérez, un albañil de La Habana, se prepara para lanzar un ramo de condones inflados junto a los anzuelos con los que pretende atrapar algunos peces en el malecón. El gobierno ha promovido desde hace décadas la salud sexual en la isla por lo que encontrar condones es relativamente fácil.
Alexandre Menegini/Reuters
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El viento impulsa los condones que arrastran los anzuelos mar adentro. Los subsidios del gobierno mantienen a este producto barato; una caja de tres condones cuesta solo un peso cubano y el salario mínimo es de 767 pesos al mes, alrededor de 30 dólares.
Alexandre Menegini/Reuters
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La estilista Sandra Hernández usa condones como ligas para el cabello en su peluquería en La Habana. Algunos de estos preservativos son fabricados en la isla, otros son importados de Asia.
Alexandre Menegini/Reuters
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Productos como los utilizados en la peluquería escasean en la isla. Alguna mercancía importada puede conseguirse en el mercado negro, generalmente a precios prohibitivos para la mayoría de los cubanos.
Alexandre Menegini/Reuters
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Ana Carvajal utiliza los condones para empacar sus medicinas en La Habana. La escasez de productos básicos ha obligado a los cubanos a ser creativos con los usos de los productos que tienen disponibles.
Alexandre Menegini/Reuters
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Arturo Pérez, de 14 años, juega con un condón inflado como una pelota en una calle de La Habana.