José Fuster transformó las fachadas y calles del barrio Jaimanitas de La Habana, donde vive hace más de 30 años, por un espacio donde se respira arte en cada esquina. Sus coloridas y llamativas obras, inspiradas en artistas como Picasso y Gaudí, dieron vida a lo que ahora es conocido como Fusterlandia, una casa-taller y vecindario artístico.