Así convirtió este artista cubano un humilde barrio en un museo callejero
José Fuster transformó las fachadas y calles del barrio Jaimanitas de La Habana, donde vive hace más de 30 años, por un espacio donde se respira arte en cada esquina. Sus coloridas y llamativas obras, inspiradas en artistas como Picasso y Gaudí, dieron vida a lo que ahora es conocido como Fusterlandia, una casa-taller y vecindario artístico.
El artista cubano José Fuster ha transformado la cara de su barrio Jaimanitas, en el extremo noroccidental de La Habana, con sus obras inspiradas en Picasso, a quien considera su "padre espiritual".
Enrique de la Osa/Reuters
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Lo que empezó con el plan de adornar su casa para volverla una casa-taller, terminó convirtiéndose en un proyecto en el que involucró a todo el vecindario. "No solamente es el proyecto dentro de mi casa, sino que es de todos los vecinos para hacer obras de participación popular. Mis vecinos son mis cómplices", dice Fuster.
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Fuster recuerda que viene de una familia humilde y por eso quiso representar en su arte a todas las personas de su comunidad. "A mi la vida me ha dado la facilidad de que me paguen por lo que hago, pero no por eso soy superior a mis vecinos. Es mi dinero el que invierto, lo que gano como artista, lo que pongo en manos de la comunidad".
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José Fuster dice que sus coloridas obras en cerámica y pinturas están inspiradas en artistas como Pablo Picasso y Antonio Gaudí.
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"Me parece magnífico que Picasso, que fue un hombre que revolucionó tanto la pintura, vuelva a vivir de nuevo en mi y que yo trate de seguir sus pasos", asegura el artista.
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Cada esquina del barrio Jaimanitas está marcada por la obra de este artista cubano, quien inició el proyecto Casa Fuster porque "quería vivir dentro del arte".
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"Me parecía imposible hacer algo así en Cuba. Pero con el tiempo, todos los sueños se cumplen", señala José sobre su trabajo.
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Los colores de cada estructura sobresalen en el vecindario, que antes de la llegada de Fuster, era solo un humilde barrio de paredes grises y con el paso del tiempo se convirtió en un lugar luminoso lleno de vida.
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Muchas de sus obras en paredes son mosaicos de pequeñas piezas de cerámica que forman diversas figuras. En ellas se puede apreciar la influencia de Antonio Gaudí. "Si Picasso es mi padre espiritual, Gaudí es como mi tío preferido", dice Fuster.
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La casa-taller de Fuster es como un "mundo mágico" para muchos y por eso la llaman Fusterlandia, pues desde su fachada ya se puede ver el concepto que plasmó el artista en todo el barrio.
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También aprovechó el lugar para los mosaicos de figuras revolucionarias. En este se puede ver uno en el que comparten el 'Che' Guevara, seguido por el presidente cubano Raúl Castro y el exmandatario Fidel Castro.
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No solo son las casas las que están adornadas, los diseños también incluyen oficinas y consultorios médicos como el de la foto.
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Prácticamente nada se quedó sin la marca de los diseños de Fuster, en Jaimanitas hasta las paradas de autobuses son coloridos diseños.
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Pedro Pablo, de 15 años, se sienta junto a uno de los mosaicos de Fuster. Muchos de ellos son a petición de sus vecinos, que le dicen qué diseños quieren en sus fachadas.
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Su obra cambió para siempre este barrio de La Habana. "Fui trabajando día a día para hacer algo cada vez más espectacular", asegura José Fuster. Y al parecer, sí que lo logró.