WASHINGTON, D.C.- Por primera vez desde que asumió su segundo mandato, el presidente Donald Trump salió a cenar a un sitio público y lo hizo con el propósito de mostrar los resultados de la toma de control de DC, pero se encontró con una protesta en su contra.
‘Hitler de nuestros tiempos’: mujeres enfrentan a Trump en restaurante de DC
Integrantes de Code Pink, un colectivo de mujeres por la paz, realizaron una protesta en el marco de la primera cena del presidente en un lugar público en su segundo mandato.

El objetivo de la salida era claro: mostrar que la toma de control de la capital del país y el despliegue de la Guardia Nacional estaban dando resultado, que la capital del país ya era un sitio más seguro y “embellecido”.
Pero los manifestantes también tenían en claro lo que deseaban mostrarle al mandatario y es su descontento no solo con la decisión tomada sobre el Distrito de Columbia, también con otras políticas, incluida la exterior y su posición sobre la guerra en Gaza.
Por eso afuera del restaurante Joe's Seafood, Prime Steak & Stone Crab en la calle 15, en el cuadrante noroeste de la ciudad, ya había gente esperando mostrar su descontento con abucheos e improperios, aunque también hubo quien quiso mostrar su simpatía y le aplaudió cuando bajó de la camioneta que lo llevó a comer desde la Casa Blanca.

La protesta dentro del restaurante por Code Pink
Cuando Trump, el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Guerra Pete Hegseth, se disponían a comer, un grupo de mujeres que llevaban la bandera de Palestina irrumpió frente a su mesa y comenzó a corear: “DC libre, Palestina libre, Trump es el Hitler de nuestros tiempos”.
Según se ve en el video compartido por Code Pink, Trump bailaba al ritmo de la canción de protesta, pero al mismo tiempo con una mano hacía una señal para que corrieran a las mujeres, aunque se retiraron de enfrente de la mesa, continuaron con una pequeña protesta en la entrada del restaurante.
Las mujeres que protestaron forman parte de una colectiva feminista llamada Code Pink (Código Rosa) Mujeres por la paz, quienes querían dar el mensaje de que “la administración prioriza la guerra y a los ricos por encima de las necesidades del pueblo estadounidense y los derechos humanos en el extranjero”.
En su página web, el colectivo citó las consignas que las mujeres protestantes corearon frente a Trump y parte de su gabinete: “ Se dan un festín mientras Gaza se muere de hambre. Trump es el Hitler de nuestro tiempo. ¡Libertad para Washington D. C.! ¡Libertad para Palestina! y ¡Dejen de aterrorizar a las comunidades de todo el mundo!”.
“Mientras Trump, J.D. Vance, Marco Rubio, Pete Hegseth y otros festejaban en un asador, nos mantuvimos firmes y les dijimos la verdad”, explicó Olivia DiNucci, organizadora de CODEPINK en Washington D.C. “Dos años después del genocidio, Gaza está bajo órdenes de evacuación, Puerto Rico y Venezuela están en la mira, y el Pentágono se autodenomina con orgullo el Departamento de Guerra. Trump nos miró a los ojos, y nos aseguramos de que nunca cenara en paz mientras las comunidades estuvieran asediadas”, continuó.
Agregaron que los programas que apoyan a los estadounidenses con dificultades —salud, educación y tratamiento de adicciones— se enfrentan a severos recortes, pues la agenda trumpista “financiada por un proyecto de ley que prevé recortes fiscales masivos para los superricos, está siendo financiada por una clase trabajadora que no puede permitírselo”.
El optimismo de Trump contrasta con la realidad de los restaurantes en DC
“Estamos parados justo en el centro de DC, que como saben, durante el último año, durante los últimos 20 años, fue un lugar muy inseguro y ahora prácticamente no tiene delincuencia”, dijo Trump a los periodistas. Añadió que no se habría quedado "en medio de la calle" hace tan solo un par de meses.
Pese a sus dichos, algunos restaurantes han reportado descensos en las reservas desde que Trump anunció la represión federal el 7 de agosto, mientras que se han registrado frecuentes protestas callejeras en contra de sus acciones. El aumento de la presencia militar y policial también ha provocado ocasionalmente enfrentamientos entre residentes y autoridades en barrios normalmente tranquilos.

Sin embargo, Trump ha repetido que ha hablado con amigos que le dicen que los restaurantes locales están llenos y que la gente ha notado una disminución en la delincuencia. Dice que también ha escuchado que la gente agradece a los equipos que trabajan para desalojar los campamentos de personas sin hogar como parte de la campaña.
Pero las visitas a los restaurantes —ya de por sí golpeados antes de la toma federal– no es lo único que ha disminuído , también lo han hecho la compra de entradas al Kennedy Center desde que Trump asumió control de DC, aunque la situación, de acuerdo con Global News, se remonta a febrero, cuando el republicano se asumió presidente del sitio cultural.
Además, el turismo internacional descendió en al menos un 5% con la toma de control, según reporta The Washington Post, pues los visitantes temen ser parte de alguna redada, como ha ocurrido con algunas personas, pese a contar con visas de turistas.
Acompañaron al presidente en la cena el vicepresidente J. D. Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa Pete Hegseth, así como Susie Wiles, jefa de gabinete de la Casa Blanca.
En sus comentarios antes de cenar recogidos por Associated Press, Trump dijo: “Los restaurantes están en auge. La gente está saliendo a cenar a lugares a los que no salía desde hace años”, dijo.
Después de que Trump regresó a la Casa Blanca después de las 10 p.m., la secretaria de prensa Karoline Leavitt, quien también estaba entre quienes cenaron con Trump, dijo que había comido cangrejo, camarones, ensalada, filete y postre.
La excursión fue notable, ya que Trump rara vez cena fuera de la Casa Blanca cuando está en Washington. Y estas salidas se han vuelto aún menos comunes desde que vendió el hotel que lleva su nombre a pocas cuadras de distancia, que fue un punto de encuentro clave para funcionarios y simpatizantes de la administración durante su primer mandato.

Despliegue de la Guardia Nacional
La Casa Blanca informó el martes que hubo casi 2,200 arrestos desde que Trump anunció por primera vez la represión en Washington el 7 de agosto.
Además de Washington, Trump desplegó la Guardia Nacional en Los Ángeles en junio y ha amenazado con enviar tropas a otras ciudades, en su mayoría demócratas, incluidas Baltimore, Nueva Orleans y Chicago, donde las autoridades estatales y locales ya se están preparando para operaciones para aumentar drásticamente la aplicación de la ley migratoria.
Dijo el martes por la noche: “Anunciaremos otra ciudad a la que iremos muy pronto», y luego añadió que podría ser incluso el miércoles. Añadió que al alcalde de esa ciudad y al gobernador del estado donde se encuentra “les encantaría que estuviéramos allí”.
Con información de AP
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