Lo que pase en Virginia, Nueva Jersey y California puede influir en las elecciones de 2026

Las elecciones de este martes son exclusivamente estatales, no se eligen cargos federales, y según los expertos, el presidente no tiene ninguna posibilidad de alterar el resultado. Sin embargo, Donald Trump ha estado gravitando sobre el proceso, en lo que algunos temen que sea un ensayo para las elecciones de término medio del próximo año.

Video Proposición 50 en California: votantes deciden si aprobar o rechazar cambios a mapas electorales

Las elecciones estatales y locales de este martes, las de la gobernación en Nueva Jersey y Virginia, para la alcaldía de la ciudad de Nueva York y la Propuesta 50 de California sobre la redistribución de distritos electorales, son vistas como barómetro de lo que podrá pasar en los comicios de mitad de período del próximo año. Y, por eso, han concentrado la atención del presidente Donald Trump.

En meses pasados, Trump ha estado presionando de manera inusual a los líderes republicanos de diferentes estados para que tomen medidas extraordinarias, como redibujar distritos electorales a mitad de la década y no con los resultados del Censo (como marca la tradición centenaria del país) para garantizar que su partido mantenga las mayorías en ambas cámaras del Congreso.

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Pero en las últimas semanas, el mandatario ha puesto su atención en el proceso electoral del martes, generando alarma entre los demócratas y otros sectores, quienes advierten que la Casa Blanca estaría poniendo a prueba estrategias para interferir en las elecciones de mitad de período de 2026 y posteriores.

Estas elecciones son exclusivamente estatales, no se eligen cargos federales, y según los expertos, el presidente no tiene ninguna posibilidad de alterar el resultado.

"Los votantes que participen en las elecciones de 2025 encontrarán un proceso muy seguro", afirmó a la agencia AP David Becker, exabogado del Departamento de Justicia especializado en derechos electorales y actual director del Centro para la Innovación e Investigación Electoral.

Las elecciones como termómetro de lo que viene en 2026

Sin embargo, la importancia que revisten como predictor de las tendencias que podrían verse en los comicios para el Congreso del año que viene las hace de importancia nacional.

Tradicionalmente, las elecciones para la gobernación en Nueva Jersey y Virginia, que se realizan al año siguiente de las presidenciales, se usan para medir el ánimo del electorado respecto a la nueva administración federal. El partido en la Casa Blanca suele perder esos puestos.

Virginia deberá elegir a su primera gobernadora, entre la actual vicegobernadora republicana Winsome Earle-Sears, y la congresista demócrata Abigail Spanberger. También están en disputa los cargos de vicegobernador, fiscal general y la Cámara de Delegados estatal.

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En 11 de las últimas 12 elecciones a gobernador de Virginia, el ganador perteneció a un partido distinto al que controla la Casa Blanca. La única excepción fue 2013, cuando el demócrata Terry McAuliffe fue elegido gobernador mientras el demócrata Barack Obama ocupaba la Casa Blanca.

Según las encuestas, Spanberger ha mantenido una ventaja constante que varía entre el 7 y el 12% durante toda la campaña, mientras que Earle-Sears es competitiva entre los votantes blancos y masculinos.

Curiosamente, la demócrata minimiza el carácter histórico de su campaña y ha evitado hacer grandes promesas sobre lo que logrará si resulta elegida. Ha centrado su campaña más en asuntos prácticos de la vida de los virginianos, como las dificultades de los productores de soja, que en los ataques del presidente Trump a la institucionalidad.

Algunos creen que el enfoque moderado —que algunos califican de aburrido— de la excongresista y exagente de la CIA puede ser clave para el resurgimiento nacional del Partido Demócrata.

De hecho, ese estilo de Spanberger se alinea con lo que se propone en un reciente informe para el Partido Demócrata que fue presentado esta semana titulado ‘Decidir ganar’ en el que plantean enfocar el mensaje económico para reducir costos, generar crecimiento económico y empleos, y la ampliación de la red de protección social.

Nueva Jersey en una elección cerrada

En Nueva Jersey decidirán el martes una reñida contienda por la gobernación entre la demócrata Mikie Sherrill y el republicano Jack Ciattarelli. Sherrill ha sido representante federal durante cuatro mandatos y fue piloto de helicópteros de la Armada.

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Ciattarelli, exmiembro de la Asamblea estatal, ya compitió en las elecciones a gobernador de 2021 y cuenta con el respaldo del presidente Trump.

Aunque la demócrata va adelante en varias encuestas, su ventaja está en el margen de error de la mayoría de ellas. Por eso, se considera una elección cerrada en la que cualquiera de los dos puede imponerse.

En Nueva Jersey, los votantes eligieron a un gobernador del partido opuesto al del presidente en funciones en todas las elecciones desde 1989 hasta 2017. Esta racha se rompió en 2021 con la reelección de Murphy y la llegada del presidente Joe Biden a la Casa Blanca.

Para estas elecciones, esta tendencia contrasta con otro aspecto de la historia electoral del estado: ningún partido ha mantenido la gobernación por más de tres mandatos consecutivos desde la década de 1960, cuando un gobernador demócrata con dos mandatos sucedió a otro gobernador demócrata con dos mandatos.

Los observadores electorales que manda el gobierno federal

A finales de la semana pasada, el Departamento de Justicia de Trump anunció el envío de observadores electorales para supervisar la votación en un condado de Nueva Jersey y en cinco condados de California, donde el gobernador demócrata Gavin Newsom impulsa una iniciativa electoral para contrarrestar el intento del presidente de modificar el mapa electoral del Congreso para elegir a más legisladores republicanos.

Aunque el envío de comisiones de monitoreo electoral es una vieja práctica, usada por anteriores administraciones, y que esos enviados no tienen autoridad para intervenir en el proceso, algunos demócratas aseguran que es una táctica intimidatoria y hasta un mecanismo que busca “suprimir” el voto.

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Trump cuestionó la legitimidad de las elecciones de California con una publicación en su plataforma de redes sociales con acusaciones infundadas similares a las que hizo sobre las elecciones presidenciales de 2020 antes de que él y sus aliados intentaran revertir su derrota en una campaña que culminó con el ataque al Capitolio de Estados Unidos el 6 de enero de 2021.

“¡Miren qué totalmente deshonesta es la Proposición 50 de California! Millones de boletas están siendo ‘enviadas’.”, escribió Trump en Truth Social, refiriéndose a la Proposición 50, con la que se pregunta a los electores si están de acuerdo con suspender la comisión que diseña los distritos electorales del estado para permitir que la Asamblea Legislativa lo haga. La intención es dibujar un mapa más favorable a los demócratas que contrarreste el rediseño que hicieron los republicanos en Texas a instancias de Trump.

Algunos demócratas advierten que en estas elecciones Trump usará sus poderes presidenciales para diseñar estrategias que empleará el próximo año en las elecciones de mitad de mandato y garantizar que el Partido Republicano conserve las mayorías en el Congreso.

“Es un puente que están tratando de construir, en todo el país, para las elecciones de noviembre”, dijo el gobernador de California, Gavin Newsom, en un video en el que también predijo que la administración enviará agentes de inmigración enmascarados a los centros de votación la próxima semana, algo que hasta ahora no ha ocurrido.

La portavoz de la Casa Blanca, Abigail Jackson le respondió el miércoles: “El propagandista debería dejar de sembrar el miedo para ganar réditos políticos con el ala más radical de la izquierda del Partido Demócrata, a la que está cortejando de cara a su campaña presidencial condenada al fracaso”.

Una medida "sumamente inapropiada"

Esos despliegues normalmente se hacen en consulta con las jurisdicciones locales. Esta vez no fue así y el gobierno de Trump anunció el envío de observadores únicamente en respuesta a solicitudes de los partidos republicanos locales.

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Los observadores federales solo pueden observar, tienen prohibido hablar con los votantes o incluso con los funcionarios electorales, y no tienen forma de influir en el recuento de votos.

Pero los fiscales generales demócratas de California y Nueva Jersey expresaron su preocupación. Matt Platkin, de Nueva Jersey, calificó la medida de "sumamente inapropiada", mientras que Rob Bonta, de California, afirmó que es especialmente preocupante dado el historial de Trump.

La acción del Departamento de Justicia se produce tras una campaña de varios meses de Trump para utilizar los poderes de su cargo con el fin de impulsar las perspectivas políticas de su partido de cara a las elecciones de mitad de mandato, en las que el partido en el poder tradicionalmente pierde escaños en el Congreso.

El presidente ha presionado a los estados donde los republicanos controlan el proceso de redistribución de distritos para que rediseñen sus límites y creen distritos más favorables a los conservadores. También ha ordenado a su administración que investigue a políticos, recaudadores de fondos y donantes demócratas.

"No vivimos tiempos normales", declaró Bonta en una conferencia telefónica con periodistas esta semana. "Debemos considerar el contexto general de lo que dice y hace la administración Trump".

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