TAMPA, Florida.- Las playas de arena blanca que bordean la costa del Golfo en Florida enfrentan una de las restauraciones más grandes de su historia reciente. Luego de ser golpeadas por los huracanes Helene, Milton y Debby en 2024, el condado de Pinellas lleva a cabo un proyecto multimillonario para recuperar el tramo costero de 35 millas (56 kilómetros) que incluye destinos turísticos como Clearwater Beach, Indian Rocks Beach, Belleair Beach y Redington Beach.
Condado Pinellas destina $125 millones para recuperar sus playas tras huracanes del 2024
La falta de apoyo federal complica el proyecto debido a disputas con propietarios de terrenos costeros.

Helene, aunque tocó tierra mucho más al norte, resultó el más destructivo para las comunidades de playa. La marejada ciclónica alcanzó los 2.4 metros de altura en algunos puntos y provocó la muerte de 12 personas en el condado, además de severos daños a la infraestructura turística y residencial.
Hoy, ese litoral, que es el motor económico de la región, intenta recomponerse con un plan que busca devolverle su forma y protegerlo de futuras tormentas.
El proyecto, valorado en más de 125 millones de dólares, es financiado por completo con ingresos del impuesto turístico local. La iniciativa contempla el uso de 2.5 millones de yardas cúbicas (1.9 millones de metros cúbicos) de arena, extraída del fondo marino y bombeada hacia la costa, para ensanchar las playas hasta 30 metros.
Los trabajos se realizan con dragas, camiones y una compleja red de tuberías que transportan la nueva arena desde el mar.
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Cuerpo de Ingenieros del Ejército no participa en el rescate de playas
El esfuerzo se ha visto obstaculizado por la ausencia del Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos (U.S. Army Corps of Engineers), que históricamente financiaba hasta el 65% del costo de los proyectos de restauración. Esta vez, el organismo federal decidió no participar porque exige que los propietarios de terrenos privados firmen servidumbres permanentes que otorguen acceso al gobierno “a perpetuidad”.
Esa condición ha generado fuerte resistencia entre los dueños de propiedades frente al mar. Muchos se niegan a permitir un acceso permanente, lo que ha dejado tramos sin autorización para el trabajo. En consecuencia, el condado se ve obligado a colocar arena solo en la franja pública de la playa, lo que podría generar “huecos” en la línea costera y aumentar el riesgo de erosión en futuras tormentas.
“El proyecto no será tan completo como quisiéramos”, reconoció Barry Burton, administrador del condado de Pinellas. “Nuestra meta es colocar arena en la mayor cantidad de playa posible, pero dependemos de la cooperación de los propietarios”.
El dinero para la restauración proviene de fondos originalmente destinados a un nuevo estadio de béisbol para los Tampa Bay Rays, un plan que fue cancelado. El actual estadio del equipo, el Tropicana Field, sufrió daños por el huracán Milton en octubre, aunque está siendo reparado para la próxima temporada.
Para las autoridades locales, esta inversión representa un esfuerzo extraordinario que difícilmente pueda repetirse. “Esta es la primera y última vez que el condado puede financiar algo de esta magnitud”, advirtió Kelli Hammer Levy, directora de Obras Públicas. “De ahora en adelante, necesitaremos apoyo federal si queremos mantener nuestras playas seguras y abiertas al turismo”.




