“Te amo papi... y eso fue todo”: padre de Layla, quien falleció en el tiroteo de Uvalde

“No podemos dejar que esto siga pasando", dice Vincent Salazar, padre de Layla. Ella tenía 11 años y murió baleada en el tiroteo en Robb Elementary, donde 19 niños y dos maestras perdieron su vida.

Video Padres de menor fallecida durante el tiroteo en primaria de Uvalde comparten su testimonio

UVALDE, Texas.- Layla Salazar tenía 11 años y se despidió con un “te amo” de su padre antes de bajarse por última vez en Robb Elementary.

Vincent Salazar, su padre dijo que la familia se enteró por primera vez del tiroteo a través de un mensaje de texto que envió el distrito escolar.

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“Traté de ir a la escuela, pero no pude, no dejaban pasar a nadie por ninguna parte”, dijo Salazar.

"Luego recibí otro mensaje de texto que decía que recogieran a los estudiantes en el Centro Cívico". No fue hasta tarde en la noche que les dijeron que Layla era una de las víctimas.

Confirmó muerte de su hija Layla Salazar por prueba de ADN

Salazar cuenta que se enteró después de hacerse una prueba de ADN en el Centro Cívico. “Diría que alrededor de las diez o las 11:00 de la noche… nos pidieron ADN y se lo dimos y como una hora después nos lo confirmaron”.

Vincent dice que "es hora de reaccionar". “No podemos dejar que esto siga pasando, porque sucederá a los siguientes padres y los siguientes niños”.

Durante el tiroteo, Vincent recuerda el caos que se vivió en el plantel escolar. Sin embargo, él no pensaba que su hija terminaría siendo víctima de este atacante de 18 años.

Además, esta no sería la primera vez que había una amenaza de un tirador activo en la escuela de su hija, pero este 24 de mayo no se trató de una falsa alarma.

Salvador Ramos, quien tenía 18 años, entró a Robb Elementary y masacró a 19 niños y dos maestras. Antes de ese suceso, el atacante también le disparó en la cara a su abuela de 66 años.

Vecinos de la abuela fueron testigos de lo que ocurrió entre ella y su nieto, cuando vieron su rostro ensangrentado y vino la ambulancia por ella.

Recuerdan a Layla Salazar


Ella dejó en la camioneta de su abuelo un último mensaje escrito en el polvo de la puerta trasera exterior, donde escribió su nombre. Su abuelo y sus padres se rehúsan a borrar ese último recuerdo que dejó.

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Layla era fanática de Elvis Presley, dijo su padre a Univisión 41.

A ella también le gustaba mucho bailar en videos de TikTok, correr y nadar, dijo el padre a The Associated Press, y ambos escuchaban la canción Sweet Child O’ Mine, de Guns N’ Roses, para cantarla juntos.

Layla era la menor de tres hermanos y uno de ellos, Julien Salazar, dice que quiere que la recuerden como una niña “dulce, positiva, enérgica y súper amable".

"Estamos contentos de haberle dado la mejor vida que pudimos mientras estuvo aquí", dijo el hermano mayor, Nicholas Salazar.

El padre de Layla dijo que la familia está esperando que les entreguen el cuerpo de Layla antes de hacer planes para el funeral."Hablamos con la gente de la funeraria... dijeron que nos proporcionarían ataúdes personalizados si queríamos. Todo está pagado".

"Va a ser difícil. Pero nos tenemos el uno al otro... nada va... Siempre va a estar ahí. Pero ella está en nuestros corazones. Está en nuestras mentes. Eso no nos lo pueden quitar", concluyó.

Las historias de las víctimas


Las primeras víctimas fueron identificadas como Uziyah García, Amerie Garza, Xavier López, Elijah Torres, Annabelle Rodriguez, Rogelio Torres y Jackie Cazares. Todos eran niños estudiantes.

Verónica Luevanos, madre de la víctima de 10 años, Jailah Nicole Silguero, comentó a Univisión en llanto que también perdió a su sobrino en el incidente.

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“Yo fui a llevarla pa’ la escuela, pero ella no quiso ir pa’ la escuela”, dice Luevanos. “Le dijo a su papá, ‘¿papá, puedo quedarme aquí en la casa?’”, comparte la madre.

Aunque a su hija le gustaba ir a la escuela regularmente, ese día no quería ir. “Yo creo que ella sabía que algo va a pasar”.

Luevanos también contó que su hermano, quien también perdió a su hijo de 10 años, estaba pasando por un momento doloroso.

Uziyah, otra víctima del tiroteo, era un niño de 8 años que había visitado a su abuelo Manny Renfro durante las vacaciones. El niño le gustaba jugar al fútbol americano y ya identificaba los patrones del juego.

Por otra parte, Adolfo Hernández, tío de un menor que se encontraba en la escuela, narró que su sobrino fue testigo de cómo balearon a su amigo y a una profesora.

“Hay veintitantos muertos aquí en mi comunidad, angelitos, niños inocentes”, concluye Hernández.

Con información de AP