Las detenciones de Fernando Padron: Un robo para comprar pañales le quitó los primeros años junto a su bebé

A Fernando Padron se “le hizo fácil” robar unas tarjetas para comprar unos pañales para su bebé, pero fue detenido y encarcelado en el condado Maverick en Eagle Pass. Ese robo, considerado un delito menor, le costó entrar a un sistema de justicia lento, permanecer encarcelado más meses de los que debía y perderse los primeros años de su bebé.

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Por:
Reportera Jolie McCullough
Fernando Padron hablando con su abogado en novimebre pasado sobre su fianza.
Fernando Padron hablando con su abogado en novimebre pasado sobre su fianza.
Imagen Ilana Panich-Linsman for The New York Times

Jolie McCullough reportó para la Beca de Investigaciones Locales del Times, que ayuda a atender el declive del periodismo local, desde Eagle Pass, Texas, una comunidad con escasez de reporteros.

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EAGLE PASS, Texas.- Nacido en San Antonio, Fernando Padron ha pasado la mayor parte de su vida en Piedras Negras. Abandonó la escuela hacia los 12 años, cuando mataron a su madre, y en los últimos años ha cruzado regularmente el puente internacional para buscar trabajo de jornalero en Eagle Pass.

La noche de su detención, en junio de 2022, Padron necesitaba pañales para su hijo pequeño, Fernandito, pero no tenía dinero. Recordó que le dijo a su novia “Voy a ir con alguien a ver qué hago. Ahorita agarro un trabajo de lo que sea”.

Entró en Estados Unidos y vio una casa donde pensó que podría ofrecerse para limpiar el jardín o lavar la camioneta. Pero dijo que estaba oscuro. Cuando vio que la puerta de la camioneta no estaba cerrada, tomó la billetera que estaba adentro.

Más tarde, describiría la decisión como precipitada, añadiendo que desearía poder disculparse y trabajar para devolver lo que tomó. “Se me hizo fácil”, dijo en español.
Tras comprar pañales en una tienda, Padron se dirigió a un Walmart y compró una bicicleta, una plancha para el pelo y un libro para colorear de Frozen antes de que las cuentas fueran congeladas.

Regresaba hacia la frontera a las 10:00 p. m. cuando la policía, respondiendo a una llamada de la propietaria de las tarjetas de crédito, lo encontró y lo persiguió. La policía informó que había recuperado bienes por valor de algo más de 300 dólares.

Lo detuvieron por varios cargos potenciales: los delitos menores de huir de la policía y robar la billetera, y múltiples cargos de uso de tarjetas de crédito robadas, un delito grave de bajo nivel. Un magistrado se reunió con Padron, anotó en un formulario que quería un abogado de oficio y fijó su fianza en unos 40.000 dólares.

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Probablemente podría haber pagado 4000 dólares o menos a un fiador y quedar en libertad, pero Padron no tenía esa cantidad. Lo enviaron a la cárcel del condado.
La ley de Texas establece lo que debería haber ocurrido a continuación.

Su formulario de solicitud de abogado debería haber sido enviado al juez English Cantú en 24 horas y eso debería haberse resuelto en unos días . Los fiscales tenían 30 días para acusarlo oficialmente de cualquier delito menor y 90 días para los delitos graves; transcurridos ambos plazos, debería haber sido puesto en libertad.
Pero, nada de eso sucedió.

Fernando Padron hablando con su abogado en novimebre pasado sobre su fianza.
Fernando Padron hablando con su abogado en novimebre pasado sobre su fianza.
Imagen Ilana Panich-Linsman for The New York Times

El juez English Cantú dijo en una entrevista que no recibía los formularios de solicitud de abogado. Esto sorprendió a varios magistrados del condado, quienes dijeron que el personal de la cárcel había prometido hace un año empezar a remitirlos sistemáticamente al tribunal.

“¿Se estaba haciendo? No lo sé”, dijo Jeannie Smith, magistrada desde hace casi 15 años. “¿Se está haciendo ahora? No lo sé”.

Sin un abogado que siguiera su caso, Padron se quedó en la cárcel nueve meses y medio.

Por fin, en marzo de 2023, los fiscales de delitos menores lo acusaron de un solo delito: eludir la detención. Fue puesto en libertad y un mes después se presentó ante el tribunal donde le ofrecieron un acuerdo: un año de libertad condicional, junto con una multa de 600 dólares, 270 dólares de costos judiciales y una cuota mensual de 40 dólares.

Padron dudó. Sabía que no podría pagar, dijo más tarde, y ya llevaba mucho tiempo en la cárcel. Recuerda que le preguntó al fiscal si no deberían tener en cuenta eso.
Lo más probable es que el fiscal no debería haberle ofrecido ningún trato a Padron.

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La ley estatal le prohíbe a los fiscales de Texas que hablen en el tribunal con un acusado que haya solicitado un abogado antes de que el juez se pronuncie sobre la petición. (Aunque los fiscales dijeron que solo hablan con los acusados que han renunciado a su derecho a un abogado, la ley especifica que esas renuncias no son válidas si está pendiente una solicitud de abogado).

Un abogado defensor podría haber presionado para que Padron obtuviera tiempo cumplido, una pena igual a los meses que había pasado en la cárcel, poniendo fin a su caso sin libertad condicional.

O pedir al tribunal que renunciara a las multas y tasas, dada su incapacidad para pagarlas. Pero Padron no tenía abogado, y el fiscal le advirtió que la siguiente oferta podría ser peor. Entonces aceptó el trato.

La cárcel del condado Maverick donde estuvo detenido Fernando Padron.
La cárcel del condado Maverick donde estuvo detenido Fernando Padron.
Imagen Ilana Panich-Linsman for The New Times

'Ya se me va a terminar eso’


Seis meses después, en noviembre de 2023, Padron fue detenido por violar su libertad condicional cuando cruzaba a Eagle Pass para ir a trabajar. No había asistido a sus controles mensuales ni había pagado sus cuotas.

Esta vez estuvo en la cárcel seis meses y medio, al parecer por error, antes de que ocurriera algo en su caso.

“Me enteré de que estaba detenido porque me llamó desde la cárcel”, dijo el agente de libertad condicional al juez English Cantú en una audiencia celebrada en mayo de 2024.

El juez calificó el retraso de “inaceptable”. “Tenemos que trasladar a estos individuos lo antes posible, sobre todo si son reclusos”, añadió.

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Padrón permaneció inexpresivo. El intercambio de opiniones, que duró 10 minutos, se produjo en inglés, idioma que no comprende.

En Texas, los delitos menores como el cargo por evasión de arresto de Padron tienen una condena máxima de un año, y los jueces están obligados a acreditar a los acusados el tiempo ya cumplido. Padron había estado encarcelado un total de 16 meses. Sin embargo, el fiscal pidió otros 44 días de cárcel.

El juez English Cantú cambió al español para preguntarle a Padron por qué había violado la libertad condicional, y él respondió que, con un bebé y poco trabajo, no podía pagar las cuotas y temía presentarse sin ellas.

El juez hizo una pausa y luego lo condenó a 34 días adicionales. (El juez declinó hacer comentarios sobre casos individuales).

“Pues lo bueno, también es que ya se me va a terminar eso”, dijo Padrón en la cárcel un par de semanas después, desesperado por reunirse con su familia. En julio, fue puesto en libertad por lo que pensó que sería la última vez.

Un mes después, lo volvieron a detener en la frontera y lo enviaron de nuevo a la cárcel. Más de dos años después de su detención inicial, ahora se le acusaba ante un tribunal de delitos graves por utilizar las tarjetas de crédito.

El sistema de justicia penal del condado Maverick incumplía sistemáticamente los plazos de presentación de cargos de los acusados encarcelados, según reconocieron los funcionarios.
El sistema de justicia penal del condado Maverick incumplía sistemáticamente los plazos de presentación de cargos de los acusados encarcelados, según reconocieron los funcionarios.
Imagen Ilana Panich-Linsman for The New York Times

Retrasos y más retrasos


Para entonces, la víctima del delito de Padron había pasado página. Yaqueline Salinas había estado furiosa en 2022 cuando recibió una alerta de que sus tarjetas de crédito estaban siendo usadas en el Walmart cercano.

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Manejó hasta que vio a Padron, al que reconoció por las cámaras de seguridad de su vecino, y alertó a la policía.

Pero dijo que los investigadores de delitos graves tardaron un año en pedirle los extractos de sus tarjetas de crédito.

El banco le había devuelto el dinero, así que nunca respondió. “Me dio cosa, la verdad”, dijo Salinas más tarde en una entrevista en español, recordando los pañales que se cayeron de la bicicleta que conducía Padron. “Se perdió del bebé mucho tiempo”.

Supuso que su caso se había resuelto hacía tiempo. “¿Entonces regresó a la cárcel, el muchacho?”, preguntó a una periodista del Times. “Dios mío”.

Incluso sin los documentos de Salinas, los fiscales de delitos graves siguieron adelante. Pero pasaría otro año antes de que Padron fuera imputado.

El año pasado, las acusaciones por delitos graves en el condado se presentaron, en promedio, casi 14 meses después del delito, más del doble del tiempo transcurrido en presentar cargos por delitos menores, según un análisis del Times.

Los fiscales de delitos graves trabajan para el fiscal del distrito y rara vez se coordinan con los fiscales de delitos menores del fiscal del condado, dijeron.

En consecuencia, acusados como Padron a veces se declaran culpables de un delito menor, pensando que quedarán en libertad, solo para volver a ser detenidos —o no ser puestos en libertad nunca— porque la policía también incluyó en la lista un posible cargo de delito grave para que los fiscales lo tuvieran en cuenta.

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Por eso Sanchez, el hombre detenido por allanamiento en el centro comercial local, no fue puesto en libertad hasta siete meses después de su declaración de culpabilidad: la cárcel seguía reteniéndolo por una acusación pendiente de robo que los fiscales después dijeron que no iban a tramitar.

Otro hombre, de 22 años, fue detenido en abril pasado y lo acusaron de romper las ventanillas del carro de su padre y huir de la policía. En septiembre, se declaró culpable de evasión de la detención, un delito menor, por tiempo cumplido. Pero la cárcel siguió reteniéndolo, a la espera de que el fiscal del distrito lo acusara de vandalismo.

En febrero, cuando el Times preguntó por qué seguía allí, el fiscal del distrito dijo que no sabía nada del caso. El hombre fue puesto en libertad ese mismo día.

“En realidad aquí no te dan información”, dijo David Burckhardt, de 36 años, que llevaba cinco meses encarcelado sin cargos tras ser detenido acusado de destrozar el carro de su vecino.
“En realidad aquí no te dan información”, dijo David Burckhardt, de 36 años, que llevaba cinco meses encarcelado sin cargos tras ser detenido acusado de destrozar el carro de su vecino.
Imagen Ilana Panich-Linsman for The New York Times

El derecho a un abogado


En las entrevistas, el juez English Cantú e Iracheta, el fiscal del condado, se apresuraron a señalar las mejoras que habían realizado.

Iracheta dijo que en los últimos años había acelerado los procesos por delitos menores exigiendo a la policía que le enviara los casos en un plazo de 30 días. Aun así, en 2024, su oficina tardó medio año en promedio en presentar cargos.

“Presentarlos en un plazo de seis meses es razonable”, dijo, señalando que el plazo de prescripción de los delitos menores es de dos años. “Estamos trabajando activamente para mejorar la eficiencia”, añadió.

En el otoño pasado, el juez English Cantú aceptó una subvención estatal para contratar a una coordinadora que ayudara a designar abogados; la coordinadora empezó a trabajar este mes.

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De julio a diciembre, el juez también asignó abogados en 31 casos, según los informes de auditoría, frente a ninguno en el primer semestre del año. Denegó una solicitud.
Sin embargo, casi todas esas designaciones se produjeron después de que los acusados comparecieran ante el tribunal; decenas de solicitudes adicionales registradas para él por magistrados en etapas más anticipadas del proceso no obtuvieron respuesta, según muestran los informes estatales hasta diciembre.


De Los Santos fue designado inicialmente para ocuparse de los cargos por delitos graves de Padron unos cinco meses después de su primera detención, según un administrador del tribunal. Pero Padron dijo que nunca tuvo noticias del abogado, y nunca se registró nada en su expediente judicial. Veintiún meses más tarde, después de que Padron fuera imputado, De Los Santos volvió a ser asignado al caso. (No respondió a las preguntas sobre su primer nombramiento).

En octubre, tras la primera comparecencia de Padron ante el tribunal por un delito grave, De Los Santos pareció no inmutarse por el hecho de que su cliente llevara ya tanto tiempo encarcelado.

Momentos después, la jueza, Maribel Flores, dijo que no suele saber cuánto tiempo ha estado detenido un acusado hasta que el caso está avanzado. Pero a la pregunta de un periodista sobre el tiempo que Padron lleva en la cárcel, dijo que “normalmente aplicamos el tiempo cumplido” en tales situaciones.

En noviembre, la fiscalía accedió a que Padron quedara en libertad bajo fianza sin costo alguno. Pero la acusación pesaba sobre él.

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“No quiero agarrar probation porque si cualquier cosita, cualquier cosita me van a encerrar”, dijo a la mañana siguiente. “Ya tengo dos años y medio con lo mismo”.

Volvió a presentarse ante el tribunal en diciembre. Cuando la fiscalía le ofreció a Padron un acuerdo: no por el tiempo que había pasado encarcelado, sino cinco años de libertad condicional, que por lo general implica casi 4,000 dólares en honorarios.

De Los Santos le dijo a la jueza Flores que consideraba la oferta “bastante razonable”. Pero Padron se mostró indeciso, y el abogado pidió más tiempo para explicar la oferta. La jueza volvió a aplazar el caso hasta enero.

Padron faltó a esa audiencia. Al día siguiente, en la puerta de su casa, dijo que se había quedado dormido y que, al despertarse, se había encontrado con que le faltab

Padron faltó a esa audiencia. Al día siguiente, en la puerta de su casa, dijo que se había quedado dormido y que, al despertarse, se había encontrado con que le faltaba la bicicleta, lo que le impedía llegar a tiempo al juzgado.

Su hijo estaba a punto de cumplir 3 años, y Padron se sentía abatido ante la idea de volver a ir a la cárcel. Al otro lado de la frontera, se redactó una nueva orden de detención en su contra.

Este es un fragmento del reportaje: “Olvidados en la cárcel sin abogado: así le falla un pueblo de Texas a los acusados pobres”, que puedes leerlo dando click a este enlace.

Jolie McCullough reportó desde Eagle Pass, Texas, como parte de la Beca de Investigaciones Locales del Times, que contrata a reporteros durante un año para cubrir zonas del país donde el periodismo local ha decaído. Más de Jolie McCullough

Ana Facio-Krajcer, Alexa Ura y Guadalupe González colaboraron con traducción e interpretación. Kirsten Noyes colaboró con investigación.

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