Del cuartel al consulado: el general Luis Rodríguez Bucio cambia las armas por trámites en Texas

De general del Ejército y la Guardia Nacional a cónsul en Dallas, Luis Rodríguez Bucio promete salir a las calles para atender de cerca a los mexicanos en Texas.

Video Luis Rodríguez Bucio, excomandante de la Guardia Nacional, lidera el consulado mexicano más activo de Texas

DALLAS, Texas. Luis Rodríguez Bucio cambió los cuarteles por ventanillas. Tras 46 años en el Ejército, de comandar la Guardia Nacional y coordinar operativos de alto riesgo, ahora dirige el Consulado General de México en Dallas.

Ya no lidera despliegues ni patrullas; enfrenta filas de mexicanos que buscan documentos, protección legal o respuestas.

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El escenario cambió, pero él insiste en que su método es: estar en el terreno.

Quieren cónsules de territorio, no de escritorio. Así lo voy a hacer: salir, estar en ventanilla, ir a donde vive la comunidad”.

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De Michoacán a las decisiones más polémicas

Nació en 1956 en Condémbaro, Michoacán, y a los 17 años ingresó al Heroico Colegio Militar.

Su hoja de servicio recorre guardias presidenciales, fuerzas especiales, operativos en el “Triángulo Dorado”, inteligencia militar y misiones diplomáticas en Alemania y Polonia. Habla inglés y alemán.

En abril de 2019, Andrés Manuel López Obrador lo nombró primer comandante de la recién creada Guardia Nacional.

Desde ahí dirigió el proceso de desaparición de la Policía Federal, un movimiento que desató protestas y acusaciones de militarizar la seguridad pública.

Bucio defendió entonces que era una medida necesaria para reforzar la estrategia contra la violencia.

En 2023 asumió la subsecretaría de Seguridad Pública. Un año después, la presidenta Claudia Sheinbaum lo envió a Dallas para hacerse cargo del consulado mexicano con más carga de trabajo en Estados Unidos.

“Como militar, siempre estuve en contacto con la población. Esa experiencia me va a servir aquí. Ahora la misión es atender, resolver y proteger a nuestra gente”.

Un consulado rebasado

La jurisdicción de Dallas cubre 82 condados del norte de Texas. Más de 2.3 millones de personas de origen mexicano.

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La mayoría trabaja en construcción, agricultura o servicios.

Cada día, el consulado procesa en promedio 700 trámites: pasaportes, actas, matrículas y credenciales de elector.

Pero entre las ventanillas también se atienden detenciones, conflictos laborales y casos de discriminación.

“Me interesa ir a donde vive la gente, escuchar lo que necesitan y defender a los mexicanos que no están siendo tratados como deberían”.

Viejos problemas, nuevas promesas

Uno de los reclamos más repetidos es la dificultad para conseguir citas, con denuncias de que algunas se venden en redes sociales. Bucio dice que investigará el tema.

“No sé exactamente qué signifique cuando alguien dice que compró una cita. Puede ser que alguien le ayudó a llenar un formulario, ya no lo llamaría una venta de citas. Voy a revisar bien este tema y, si encontramos anomalías, se procederá legalmente”.

A esto se suma el estado del edificio: espacio insuficiente, estructura deteriorada y un aire acondicionado que falla en los días de mayor calor.

El edificio ya no es adecuado para el trabajo que se desarrolla. Estamos estudiando opciones para resolverlo, porque el problema se agrava con el tiempo”.

Sin un cambio físico, reconoce, será difícil mejorar la experiencia de los usuarios.

Cónsul de calle, bajo la lupa

Su plan es abrir audiencias públicas sin cita, visitar comunidades y reunirse con autoridades para garantizar el respeto a los derechos de los mexicanos.

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También quiere hablar con empleadores para que reconozcan el valor del trabajo de la comunidad.

Nadie debe irse enojado del consulado. Incluso si no se puede resolver algo, hay que explicar por qué no… o cómo sí”.

Pero no todos están convencidos en redes sociales.

Sus defensores creen que su disciplina y experiencia en mando pueden ordenar la oficina.

Sus críticos advierten que un perfil militar podría chocar con el trato cercano que exige la diplomacia comunitaria.

El reto más allá del uniforme

Rodríguez Bucio lo resume en tres palabras: “Estar presente. Escuchar. Actuar”.

En Dallas, donde las filas, las citas imposibles y un edificio saturado marcan el día a día, esas palabras serán puestas a prueba rápida.

El cambio de uniforme ya ocurrió; ahora falta ver si el general puede ganar la confianza de una comunidad que no necesita un comandante, sino un representante que camine sus calles y resuelva sus problemas.

Porque en este nuevo frente, las batallas no se ganan con despliegues, sino con soluciones.