El día a día de una maestra que lleva más de siete meses sin luz tras el huracán en Puerto Rico

Jayuya, unos de los municipios de la región montañosa del centro de Puerto Rico, tiene alrededor de 1,500 familias sin servicio de energía eléctrica y todavía hay sectores fuera del casco urbano que también carecen del servicio de agua potable que llega a las parte altas por sistema de bombeo, para lo que hace falta electricidad.

Para muchas de esas familias ha sido muy complicado vivir por casi ocho meses sin los servicios básicos. Lo peor es que algunos se han resignado a que podrían llegar a estar un año completo viviendo con esta precariedad, lo que complica sus rutinas diarias.

Ese es el caso de la familia Morales Frontanes, un matrimonio con dos hijos menores.

Mary Ann Frontanes, una maestra de la escuela superior Josfina León Zayas, tiene dos hijo, uno con autismo y otro que ha desarrollado una condición que le causa la caída del cabello por estrés.

“Se ha roto la rutina y ha sido difícil para los niños. El grande, el de 10 años, luego del huracán desarrolló alopecia autoinmune que se genera por estrés”, destacó.

Su esposo, Gabriel Morales, quien trabaja en un banco, dijo que la información que han recibido es que su barrio, Puerto Plata, no será atendido por la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) hasta agosto o septiembre, lo que los colocaría con un año sin luz. El huracán María azotó a Puerto Rico el 20 de septiembre de 2017 y, según la AEE, un 97% de los abonados tiene electricidad, lo que representa 1,428,744 clientes. Cerca de 50,000 clientes no tienen luz.

En el caso de Jayuya, hay más de cuatro barrios sin luz que son: Salientito, Puerto Plata, Veguitas, Los Ortiz y Hoyos Planes. También hay lo que llaman “bolsillos” que son sectores sin luz alrededor de comunidades que sí están energizadas.

Otra maestra, Miriam Rosario, reside en el barrio Veguitas, también vive resignada y antes de salir del plantel escolar se lleva una nevera portátil llena de hielo para su casa.

“Al momento no hay brigadas en mi barrio y lamentablemente no hay esperanza de que vayan”, dijo Rosario a Univision Noticias.

Su colega, Antonia González, quien imparte clases de salud a estudiantes de undécimo grado, se manifestó agotada con la situación en su barrio Hoyos Planes.

“Es agobiante cuando se tienen hijos universitarios que tienen que usar iternet y una luz apropiada para estudiar. Es agobiante cuando tienen que ir al supermercado diariamente a comprar alimentos que vienen en empaque familiar y cocinar para dos personas y el resto tener que desecharlo porque como no hay nevera se te dañan los alimentos”, sostuvo González, quien se queda en la escuela luego de la hora de salida preparando su clase del día siguiente porque en la escuela sí hay agua y luz.