¿Por qué nos pasan cosas buenas o malas? ¿Cómo es que llegó esa persona a nuestras vidas? Descubre qué aporta esta filosofía hindú para nuestro crecimiento espiritual y personal.
En India, desde tiempos ancestrales se enseñan "las cuatro leyes de la espiritualidad", que tienen lecciones importantes que podemos adoptar a nuestras vidas.
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Primera ley de la espiritualidad: "La persona que llega a ti es la persona correcta".
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Esto quiere decir que
nadie llega a nuestras vidas por casualidad. Toda la gente que está cerca de nosotros, que nos rodean y con las que interactuamos día tras día, están ahí por una causa.
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Este objetivo es ayudarnos a evolucionar y a aprender, para actuar conjuntamente y avanzar juntos en cada situación, por complicadas que sean. Todos están allí por algo.
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Esto inclusive también aplica para las personas tóxicas en nuestras vidas, aquellas que nos sacan de quicio y constantemente quieren vernos derribados. Con cada intercambio y a todo momento, todos nos aportan algo en nuestro crecimiento como personas.
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Hay personas más representativas que otras pero todas, sin excepción, tienen algo que decirnos. Por eso hay que llegar a apreciar las piedras que nos han tocado en nuestro camino, a nivel laboral, personal, amoroso...
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Todo, absolutamente todo, suma en esta vida. Esta es la razón por la que debemos tener una buena predisposición hacia los demás y no desestimar ningún aprendizaje.
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La segunda ley de la espiritualidad dice: "
Lo que sucede es la única cosa que podía haber sucedido".
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Nada, pero nada, absolutamente nada de lo que nos pasa en nuestras vidas podría haber sido de otra manera. Ni siquiera el detalle que consideremos más insignificante.
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Y es que, como hemos escuchado seguramente por todos lados: "
el hubiera no existe". Pero nos encanta darle mil vueltas al asunto pensando que si hubiéramos hecho tal cosa, quizá el resultado sería otro...
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"Quizá si no hubiéramos discutido", "si lo perdonaba, seguiríamos juntos", "si hubiera elegido esa otra carrera", "si le hubiera llamado"... Lo que pasó fue lo único que pudo haber pasado, y tuvo que haber sido así para que aprendamos esa lección y sigamos adelante.
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Todas y cada una de las situaciones que nos ocurren en nuestras vidas tienen su razón de ser, aunque en su momento no lo podamos o queramos ver así, porque nuestra mente y nuestro ego se resisten y no quieren aceptarlo.
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Tampoco hay que ponernos tristes o resentidos por cosas que pudimos haber hecho y no lo hicimos.
Lo hecho está hecho. Cada cosa tiene su tiempo y momento y hay que aprender a asumir el aprendizaje.
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La tercera ley de la espiritualidad es:
"En cualquier momento que comience es el momento correcto".
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Todo inicia en el momento preciso y adecuado de nuestras vidas, ni antes, ni después.
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Lo nuevo en nuestra vida aparece porque nosotros lo atraemos y estamos preparados para verlo y disfrutarlo.
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Si entendemos esta noción, estaremos aceptando que cuando la vida nos pone algo nuevo en nuestro camino, sea en el trabajo, el amor, en nuestro entorno, es que tenemos que disfrutarlo como viene.
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La impaciencia, la intolerancia, la negatividad... todo eso nos limita porque nos impiden ver la perfección de los acontecimientos. Cambia esta percepción y cambiarán tus sentimientos.
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La cuarta y última ley de la espiritualidad es:
"Cuando algo termina, termina".
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Cuando algo acaba en nuestras vidas es porque nuestra evolución así lo requiere, así que
hay que dejarlo ir. Así de sencillo.
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Cuando queremos mantener a nuestro lado algo que nos hace daño, es masoquismo y solamente nos creará un gran malestar y muchas dependencias e inseguridades. Deséchalos sin pensarlo dos veces. No lo necesitas.
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Hay que aprender a seguir adelante, enriquecidos con las experiencias que hemos vivido. ¿Qué cosas nos dejó eso que dejamos atrás y qué podemos sacar de ello?
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Recuerda que la persona más influenciable con la que hablas cada día eres tú. Ten cuidado entonces con lo que te dices a ti mismo y fluye con la vida.
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El simple hecho de que estés leyendo esto, te puede indicar que ahora es el mejor momento para soltar y despedirte de algo en tu vida. ¿Sabes qué es?
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Las cuatro leyes de la espiritualidad sin lugar a dudas nos brindan buenas oportunidades de crecimiento y madurez. Busca dentro de ti y encuentra la mejor manera de adoptarlas en tu vida. ¡Adelante!