FILADELFIA, PA- El auge del cannabis medicinal ha abierto las puertas a nuevas investigaciones sobre formas alternativas de tratamiento para una amplia variedad de condiciones de dolor, en particular aquellas que de otro modo podrían implicar el uso de opioides recetados.

Es posible que una nueva investigación de la Universidad de Temple, con sede en Filadelfia, esté desbloqueando el potencial de un nuevo derivado de CBD que muestra signos de detener los efectos del dolor en ratones. Y la misma droga también podría ser eficaz para interrumpir la necesidad de opioides que se desarrollan y se intensifican con la dependencia.

El cannabidiol, o CBD, se ha convertido en uno de los tratamientos alternativos más populares para una letanía de afecciones, desde la ansiedad y la depresión hasta el alivio del acné. Aproximadamente uno de cada siete estadounidenses usa CBD, el compuesto no psicoactivo extraído de las plantas de cannabis.

Un alivio para el dolor crónico

Para los pacientes con dolor crónico, el CBD es una herramienta valiosa en sus diversas formas de administración: aceites, cápsulas, comestibles, tinturas y kits de vape. Pero la efectividad del CBD en humanos está limitada por su baja biodisponibilidad, la cantidad de un medicamento que ingresa a la circulación del cuerpo y puede tener un efecto activo.

Esta baja biodisponibilidad impide que el CBD llegue directamente a las áreas de dolor que está destinado a tratar.

Los científicos de la Escuela de Medicina Lewis Katz de Temple creen que un nuevo derivado del CBD, conocido como KLS-13019, podría superar este obstáculo, según un estudio publicado en el British Journal of Pharmacology.

El equipo de investigación espera que KLS-13019 pueda ayudar a tratar a los pacientes con dolor crónico y a otras personas que se encuentran entre los millones de estadounidenses que usan indebidamente o se vuelven adictos a los analgésicos recetados.

Protocolo de la investigación

La investigación utilizó un modelo de ratón de una afección conocida como neuropatía periférica inducida por quimioterapia, o CIPN, que es un efecto secundario común de ciertos tratamientos contra el cáncer que dañan los nervios periféricos. En pacientes humanos, el dolor severo causado por CIPN a menudo se siente como sensación de hormigueo, ardor o entumecimiento en las extremidades.

El modelo de ratón produjo resultados del uso de KLS-13019.

"Hemos podido demostrar por primera vez que KLS-13019 funciona tan bien, si no mejor, que el CBD para prevenir el desarrollo de neuropatía y revertir la sensibilidad al dolor después de que se ha establecido el dolor", dijo Sara Jane Ward, una profesor asistente de farmacología e investigador principal del estudio.

KLS-13019 fue desarrollado por Kannalife, una subsidiaria de Neuropathix, Inc. con sede en Pensilvania. La compañía modificó el CBD para mejorar su solubilidad y propiedades de penetración tisular. Estudios previos en células demostraron que KLS-13019 era más potente que el CBD como agente neuroprotector y demostró una mayor biodisponibilidad en animales.

Primeros resultados

Para aprovechar esta investigación existente, Ward y sus colegas compararon los efectos del CBD y KLS-13019 en ratones con CIPN. Usando una serie de experimentos, el estudio de Temple encontró que los animales habían reducido en gran medida la sensibilidad al dolor después de recibir CBD o KLS-13019. Este último mostró un efecto más fuerte de revertir la sensibilidad al dolor entre los ratones con neuropatía periférica establecida, pero esto no se observó en los ratones tratados con CBD.

El estudio también encontró que KLS-13019 redujo significativamente el comportamiento de búsqueda de opioides en ratones, un efecto que no se observó en los tratados con CBD. Algunos estudios han sugerido que los humanos que padecen un trastorno por uso de opioides pueden contrarrestar los antojos usando CBD, pero es posible que KLS-13019 tenga un efecto aún más fuerte y un mecanismo que rompa las vías que refuerzan el uso de opioides.

"Esto nos dice que KLS-13019 tiene beneficios más allá de su capacidad para aliviar el dolor", dijo Ward.

En estudios futuros, Ward y sus colegas examinarán más a fondo los mecanismos y efectos de KLS-13019, particularmente en el comportamiento de búsqueda de opioides, y explorarán qué tan bien funciona el análogo en otras condiciones de dolor más allá de CIPN.

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