ORLANDO, Florida.- Una demanda presentada contra el Sheriff Grady Judd y dos detectives expone un caso de presuntos fallos sistémicos en la investigación de abuso sexual infantil: una víctima fue acusada de mentir mientras su agresor permanecía libre, permitiéndole continuar cometiendo crímenes.
Sheriff enfrenta demanda por criminalizar a menor en fallida investigación de abuso
La demanda afirma que, en 2016, detectives acusaron de mentir a la niña víctima en lugar de investigar adecuadamente al agresor.

Taylor Cadle, ahora adulta, demandó a las autoridades de Polk County por lo que describió como "prácticas ilegales" que la revictimizaron durante años. Según los documentos judiciales, Cadle fue adoptada por su tío Henry Cadle en 2012, cuando tenía apenas ocho años.
Lo que siguió fue un calvario de abuso sexual qu e la niña guardó en silencio por miedo a ser devuelta al sistema de cuidado de menores.
En 2016, a los 13 años, Taylor finalmente reunió el valor para reportar el abuso a una ministra religiosa, quien notificó inmediatamente a la policía. Sin embargo, la investigación inicial tomó un giro negativo para ella.
Los detectives concluyeron que no había suficiente evidencia para acusar a Henry Cadle, pero sí determinaron que la niña "había falsificado información." Bajo presión de su tía para "cerrar el caso", Taylor fue acusada de dar información falsa a la policía y condenada a libertad condicional a los 13 años.
Las condiciones fueron descritas por la víctima como humillantes: toque de queda, servicio comunitario, consejería de manejo de ira, y cartas de disculpa tanto a su tío como a la oficina del sheriff. Lo más grave: fue obligada a permanecer viviendo con Henry Cadle.
Notas Relacionadas

Operativo encubierto en Florida destapa perturbadores planes de un médico de Michigan
La evidencia que cambió todo
Menos de un mes después, Henry Cadle volvió a violarla. Esta vez, Taylor tomó medidas desesperadas: grabó la agresión en video y capturó fotografías. Esa misma noche llamó al 911. Cuando se confrontó con la evidencia, el agresor admitió estar en las imágenes, alegando que "ella me tendió una trampa."
Con esta prueba irrefutable, las autoridades finalmente actuaron. La culpabilidad de Taylor fue revertida, y en 2019, Henry Cadle fue sentenciado a 17 años de prisión.
La demanda argumenta que el sheriff Judd "deliberadamente alentó y autorizó" a miembros de su departamento a violar derechos constitucionales, particularmente de menores, mediante una retórica de "mano dura contra el crimen" que criminalizó a víctimas por acusaciones de falsedad.
Además, acusa a los detectives de f alta de entrenamiento adecuado en casos de abuso sexual infantil, persecución maliciosa e investigación deficiente.
La oficina del Sheriff rechazó las acusaciones, calificando la demanda de "frívola" y afirmando que los detectives tomaron "decisiones deliberadas y racionales" basadas en la información disponible en ese momento. Los dos detectives acusados permanecen empleados en la agencia.












