ORLANDO, Florida.- Un proyecto de ley bipartidista presentado en el Congreso busca frenar la deportación de veteranos inmigrantes en Estados Unidos, un tema que preocupa especialmente en estados con alta población militar y migrante como Florida. La iniciativa, impulsada por el demócrata Mark Takano de California y respaldada por la republicana Maria Elvira Salazar, representante de Florida, propone que el Departamento de Seguridad Nacional identifique a los veteranos no ciudadanos y les otorgue facilidades para solicitar la ciudadanía.
Veteranos inmigrantes en riesgo de deportación: proponen ley para darles ciudadanía
El proyecto de ley permitiría que militares y sus familias soliciten ciudadanía más fácilmente. Más de 100,000 veteranos viven sin ciudadanía pese a haber servido al país.

La propuesta también plantea que los militares puedan iniciar su naturalización desde el entrenamiento básico y que los familiares de veteranos accedan a plazos más amplios para regularizar su estatus. “Es fundamental que los estadounidenses comprendan las contribuciones de los no ciudadanos a nuestra seguridad nacional”, afirmó Takano.
Detrás de esta discusión legislativa hay historias humanas que revelan la vulnerabilidad de quienes alguna vez vistieron el uniforme. Una de ellas es la de Julio Torres, de 44 años, quien sirvió con el Cuerpo de Marines en Irak y lleva tatuada en la piel la bandera estadounidense como símbolo de orgullo. Nació en México y llegó legalmente a Estados Unidos a los cinco años, pero hoy, a pesar de contar con residencia permanente, vive con miedo a ser deportado.
Torres, actualmente pastor en el este de Texas, ha enfrentado el síndrome de estrés postraumático y adicciones tras la guerra. El año pasado fue detenido en el aeropuerto de Dallas-Fort Worth cuando regresaba de visitar a su familia en México. Aunque tenía “green card”, viejos cargos por posesión de drogas violaban las condiciones de su residencia. Pasó cinco días en un centro de detención migratoria. “Serví a una nación que después no me quería. Todavía vivo con el temor de que me arreste el ICE”, relató.
El veterano asegura que sus problemas de salud mental se han agravado con la amenaza constante de deportación. “Me rompe el corazón que luché por esta nación para criar a mis hijos aquí, y ahora temo que me obliguen a sacarlos del país”, confesó.
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David Bariu, exsoldado del Ejército y de la Reserva de la Fuerza Aérea, fue deportado a Kenia en 2008. Allí sufrió depresión, desempleo y amenazas del grupo terrorista Al-Shabaab. Años después pudo regresar a Estados Unidos bajo un programa para veteranos deportados y hoy lidera una organización que apoya a quienes han enfrentado la misma suerte.
Según el Servicio de Investigación del Congreso, más de 100,000 veteranos en EE.UU. carecen de ciudadanía, pese a que muchos fueron reclutados con la promesa de que el servicio militar aceleraría el proceso de naturalización. En Florida, donde convergen comunidades de inmigrantes y bases militares, la preocupación es palpable.
Mientras el gobierno de Donald Trump impulsa una agenda de redadas y deportaciones más agresiva, la propuesta de Takano y Salazar ofrece una esperanza. Para Torres, el mensaje es contundente: “Aunque esta nación no me reconozca como parte de ella, yo sigo considerando que esta es mi patria”.













