La compañía Merck pedirá a la Administración de Medicamentos y Alimentos (FDA) que autorice el uso de su pastilla experimental contra el virus. Ante esto, los neoyorquinos tienen opiniones divididas. Mientras algunos aseguran que “si es para salvarse hay que tomarse lo que venga”, otros sostienen que no la tomarían por temor a los efectos secundarios que pudiera provocar.