Los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) recomiendan asegurarse de que el pavo haya estado congelado a 0 grados Fahrenheit o menos, descongelarlo en la nevera durante no más de 24 horas, retirar la bolsa en el fregadero y con cuidado y lavarse muy bien las manos antes de cocinarlo. Según expertos, bastan solo dos horas fuera de la nevera para que el pavo se convierta en un alimento inseguro para el consumo.