El Departamento de Policía de Nueva York posee una base de datos que tendría los nombres de al menos 18,000 jóvenes identificados como posibles miembros de bandas delincuenciales. Una propuesta de ley obligaría a la institución policial a informar a los padres de familia de estos adolescentes si sus hijos se encuentran allí, pues consideran que muchos podrían estar en ese registro por error.