NUEVA YORK.- Todos hemos tenido a un compañero de trabajo que llega a la oficina con tos o gripa y aun así se rehúsa a irse a casa a descansar. Incluso, más de una vez hemos sido esa persona que, con todo y malestar, insiste en demostrar dos cosas: que no necesita reposo y que nada le impedirá ser el mejor empleado.
Nadie quiere al compañero con gripe en la oficina: Trabajar enfermo ya no es orgullo, es un error
¿Ir enfermo a la oficina? Una nueva encuesta revela que la mayoría lo considera mala idea; ya no se aplaude “aguantar”, se valora respetar la salud de los demás.


Sin embargo, esa vieja idea de “aguantar” y presentarse enfermo en el trabajo está perdiendo fuerza. De hecho, casi un tercio de los empleados estadounidenses prefiere que sus colegas se queden en casa antes que aparecer tosiendo en la oficina, según una nueva encuesta realizada por Talker Research para la compañía de multivitamínicos, Zipfizz.
El estudio, que entrevistó a 2,000 personas en Estados Unidos, revela un cambio de percepción sobre la temporada de resfriados y es que el 31% de los encuestados dijo que ya no existe un mérito en trabajar enfermo, contra el 25% que cree que presentarse así impresionará a un jefe o supervisor.
Aunque un 21% admitió haber asistido a su trabajo o reuniones sociales estando enfermo en el último año, la mayoría asegura preocuparse por su bienestar cuando son los demás quienes hacen lo mismo, incluso cuando usan cubrebocas.
Incluso las generaciones más jóvenes, en particular la Generación Z y los millennials dijeron que este comportamiento es “egoísta” por el hecho de exponer a los demás al virus que podría contagiar a una o más personas.
Desafortunadamente, existen muchas personas que creen que deben aguantar, sobre todo por la imposibilidad de perder un día laboral o compromisos previos que de plano no pueden cancelar.
“Los resultados reflejan un cambio cultural importante: hoy cuidar la salud personal se percibe como más valioso que ‘demostrar resistencia’ frente a una enfermedad”, comentó Marcela Kanalos, vocera de Zipfizz. “Aunque algunos todavía sienten la necesidad de cumplir a toda costa, ahora el bienestar propio y las relaciones sociales tienen más peso, sobre todo para las generaciones jóvenes que valoran los límites y el respeto”, señaló.
La pandemia de COVID-19 fue un punto de quiebre en esta manera de pensar. El 57% de los encuestados reconoció que su actitud hacia las enfermedades cambió desde entonces, y un 70% dijo ser más cuidadoso con la higiene.
Esto incluye lavarse las manos con frecuencia, mantener distancia social y evitar el contacto con personas visiblemente enfermas, ya que representan un foco de infección y seamos honestos, nadie quiere estar cerca de ellas.
Incluso, más allá de la salud, estos cambios también se ven reflejados en la vida social. Tres de cada diez reconocen sentirse incómodos al consumir comida de mesas compartidas como buffets. Mientras que casi la mitad compartiría comida con amigos, solo el 24% lo haría con colegas, y apenas el 3% con desconocidos. En el entorno virtual, el 70% se siente cómodo apagando la cámara en una videollamada si no se encuentra bien.
“Estamos aprendiendo a ser más conscientes de cómo nuestras acciones afectan a los demás, tanto en persona como en línea”, concluyó Kanalos. “El auge del trabajo remoto y las reuniones virtuales, junto con una atención más fuerte en la higiene y el bienestar personal, reflejan que la salud ya no se trata solo de sentirse mejor, sino de respetar la salud de quienes nos rodean”.
En colaboración con TMX
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