El alcalde Eric Adams presenta su plan para frenar la violencia armada en NYC

NUEVA YORK - Tras una inquietante ola de violencia en sus tres primeras semanas de mandato, el alcalde de Nueva York, Eric Adams, anunció que la ciudad intensificará los esfuerzos para incautar las armas ilegales e instituirá un plan multifacético para enfrentar el problema, desde las calles hasta los negocios, los autobuses y los bancos.

Adams, in excapitán de la policía de Nueva York, presentó su plan el lunes después de que el viernes dos agentes de policía de la ciudad fueran baleados, con un agente muerto y otro gravemente herido.

"Los neoyorquinos tienen la sensación de que un mar de violencia envuelve nuestra ciudad. Pero como su alcalde, les prometo que no dejaré que esto ocurra. No entregaremos nuestra ciudad a unos pocos individuos violentos", dijo Adams el lunes por la tarde en la Alcaldía.

Adams fue elegido el año pasado tras una campaña en la que se mostró más duro con la delincuencia que algunos de sus compañeros demócratas.

También se ha alejado mucho de la estrategia adoptada por sus predecesores en la Alcaldía, que a menudo se jactaban de que Nueva York era la "gran ciudad más segura de Estados Unidos" y trataban de asegurar al público -y a millones de turistas- que la peligrosa Ciudad Gótica de antaño había desaparecido.

Según la mayoría de las estadísticas, la ciudad de Nueva York se ha visto afectada en los últimos meses por el mismo nivel de delincuencia que experimentó a principios de la década de 2000 durante la alcaldía de Michael Bloomberg.

Pero una sorprendente serie de delitos violentos al principio de la administración de Adams podría darle un mandato para reforzar un departamento de policía que, hace sólo 18 meses, luchaba contra los llamados a "desfinanciar la policía". También podría envalentonar a quienes quieren hacer retroceder las reformas de la justicia penal que, según algunos funcionarios de la ley, están estancando el descenso de los tiroteos y los asesinatos que tanto ha costado conseguir.

La violencia alcanzó un pico el viernes por la noche, cuando dos agentes de policía fueron baleados en el barrio de Harlem. El agente Jason Rivera murió y el agente Wilbert Mora resultó gravemente herido en lo que Adams ha calificado como "un ataque a la ciudad de Nueva York".

En un discurso pronunciado el lunes, Adams anunció que el departamento de policía de la ciudad aumentaría la cooperación con las fuerzas del orden estatales y federales para frenar el flujo de armas ilegales en la ciudad y trabajaría para que los agentes realizaran controles aleatorios de armas en los puntos de entrada a la ciudad, como las estaciones de autobús y tren.

El alcalde también quiere que el departamento de policía utilice nuevas tecnologías para identificar a las personas que portan armas.

El plan de Adams también contempla la ampliación de las recompensas en efectivo para los informantes que comparten pistas sobre delitos relacionados con las armas y que la ciudad ayude a los comercios a pagar la instalación de cámaras de vigilancia, incluidas las que apuntan a la calle. A cambio, la ciudad confiará en que esos negocios compartan las imágenes con la policía en caso de que se produzca un delito.

El alcalde incluso planea apoyarse en los pastores y otros líderes religiosos para que transmitan un mensaje coordinado de seguridad pública a través de los sermones a sus congregaciones.

El plan también pide que se pongan en marcha y se amplíen los programas de tutoría para jóvenes y que se les dé trabajo, con la esperanza de mantenerlos ocupados durante algunos descansos escolares, cuando la violencia y la delincuencia tienden a aumentar.

Adams también pide recursos para el cuidado a la salud mental y que se garantice que los futuros jueces que se nombren en la ciudad tengan un "compromiso demostrado" de mantener a las personas armadas fuera de las calles de la ciudad. No está claro de inmediato en qué consistiría esa demostración.

"El mar de la violencia viene de muchos ríos. Debemos poner un dique a todos los ríos que alimentan esta crisis mayor", dijo Adams.

Rivera, de 22 años, y Mora, de 27, son el cuarto y el quinto agente baleados en lo que va de año.

Otros crímenes han conmocionado a la población.

El 9 de enero, una cajera adolescente fue asesinada durante un turno nocturno en un restaurante de comida rápida en Manhattan. El 15 de enero, una mujer murió al ser empujada frente a un tren en una estación de subway de Times Square. La semana pasada, un niño de 11 meses resultó gravemente herido tras ser alcanzado por una bala perdida mientras estaba en un coche aparcado.

Tras un récord de 292 homicidios en 2017, la ciudad tuvo 468 asesinatos en 2020 y 488 el año pasado.

Aun así, Nueva York ha tenido últimamente muchos menos asesinatos que a principios de la década de 1990 -cuando había más de 2,000 asesinatos al año-.

No obstante, la reciente racha de violencia ha llevado a los funcionarios de la ciudad y a los líderes sindicales a renovar las medidas de reforma de las fianzas que entraron en vigor apenas unos meses antes de la pandemia, aunque hay pocas pruebas de que las personas que se libran de la cárcel sean responsables de la mayor parte de los nuevos delitos.

Esa es una de las áreas que Adams quiere abordar en su plan para intentar acabar con la violencia armada.

Adams no quiere eliminar por completo las reformas de las fianzas que entraron en vigor en enero de 2020, pero quiere que se modifique la ley para que los jueces puedan tener en cuenta el historial criminal del acusado y su potencial peligrosidad a la hora de fijar la fianza. Nueva York es el único estado que no lo permite, dijo Adams.

Una de las partes más controvertidas del plan de Adams es la de recuperar una unidad anticrimen en el departamento de policía que se disolvió en medio de la discusión de la reforma policial hace dos años, en medio de la preocupación de que era responsable de un número desproporcionado de disparos y quejas contra los agentes.

Adams dijo que el regreso de las unidades anticrimen irá acompañada de la realización de visitas de escucha en los barrios y de formación adicional.