Pintor colombiano refleja las culturas hispanas en murales en Nueva York y Nueva Jersey

Richard Cabrera es un artista autodidacta de origen colombiano, quien llegó a EE.UU. en 2018 lleno de sueños y con ilusiones de conquistar el escenario del arte neoyorquino. Hoy pinta con orgullo grandes murales en restaurantes hispanos de Nueva York y Nueva Jersey, poniendo en alto nuestras culturas latinas.

Pero el camino no ha estado exento de sacrificios.

Cabrera tuvo que trabajar en la construcción por 3 años para sostenerse económicamente, pero siempre hizo un espacio para su arte y no renunció a sus metas.

“De lo que me pagaban, siempre sacaba algo para comprar los materiales artísticos”, indica. “Y los sábados y domingos me ponía a pintar”

El destino lo puso en el lugar apropiado

Fue en abril de 2021 cuando dejó la construcción y pudo dedicarse por completo a su arte. Todo gracias a que el destino lo puso en el lugar indicado.

“Un día un compañero de la construcción me pidió que le ayudara a pintar una casa. Cuando fuimos, la señora quería algo diferente para las paredes del cuarto de la niña. Y mi amigo le dijo: ‘pues está hablando con la persona apropiada. Richard puede pintarle lo que usted desee en esa pared’. Les pinté un mural de Winnie the Pooh y quedaron encantados. Luego puse una foto de ese mural en Facebook Marketplace y ahí comenzó todo”, narra Richard.

Desde ese momento le comenzaron a llover los clientes, uno detrás de otro, la mayoría para murales en restaurantes latinos de Nueva York, Nueva Jersey y hasta Connecticut.

Le piden Catrinas, máscaras de dioses incas, el calendario azteca, rostros de Frida Kahlo y muchos otros símbolos de nuestras culturas.

“La gente ha acogido muy bien mi trabajo, es muy satisfactorio. Todavía no me lo creo a veces”, comenta Richard.

Los murales en ocasiones son de acrílico y vinilo directamente contra la pared; otras veces es óleo sobre lienzo que luego se monta.

Se le ocurrió una estrategia para atraer más clientes

“Pensando cómo llegar a más clientes, se me ocurrió una idea”, agrega Richard. “Comencé a poner un código QR en cada mural para que las personas puedan acceder a mi información de contacto. Al escanearlo ven mi número de teléfono, mi página de Instagram, todo. Así no tienen que estar preguntando al personal del restaurante. Y funciona muy bien”

Como hombre de una profunda fe, en todo este tiempo como inmigrante emprendiendo una nueva vida, Richard está seguro de que Dios lo ha guiado en su camino.

“Aquí en Nueva York varias veces en las noches me arrodillé y le hablaba: ‘Diosito, si usted me dio este talento, es por algo. Ya quiero vivir únicamente pintando, no quiero dedicarme a nada más’. Y creo que fueron tantas mis oraciones que Dios me escuchó”.

La meta de Richard ahora es exponer sus obras en alguna galería de Nueva York.

Y aconseja a todos los inmigrantes que nunca dejen de lado sus sueños, por difíciles que parezcan.

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