Perros
Manada de perros callejeros aterroriza a familias en una ciudad del norte de Texas
En una ciudad del norte de Texas, una manada de perros callejeros tiene en alerta a los vecinos. Familias denuncian que llevan años con el problema y exigen soluciones. Autoridades analizan medidas para garantizar seguridad y bienestar animal.
En Godley, al sur de Fort Worth, una manada de más de 30 perros callejeros mantiene en alerta a las familias. Vecinos denuncian que llevan más de tres años con el problema y piden soluciones antes de una tragedia.

Lo que para muchos parecería una escena de película se ha convertido en la rutina diaria de Godley, una pequeña ciudad del condado de Johnson, al sur de Fort Worth . Una manada de perros callejeros, en ocasiones más de 30 juntos, deambula por calles, patios y hasta puertas de casas, obligando a familias a vivir en alerta permanente. Vecinos aseguran que llevan más de tres años conviviendo con el problema y que, pese a reuniones y quejas, nada cambia.
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“¿Tiene que lastimarse un niño para que hagan algo?”
Heather Figueroa vive en el vecindario Star Ranch. Su hija de tres años adora a los animales, pero en casa la escena se repite:
corre adentro cada vez que aparecen los perros.
“Una vez abrí la puerta y había uno oliendo en la entrada. Casi me da un infarto. Otro día cavaban bajo la cerca mientras mi bulldog estaba afuera.
Salí con una escoba a espantarlos y uno intentó lanzárseme. ¿Tiene que salir herido un niño para que hagan algo?”.
Heather recuerda
haber perseguido a la manada con una escoba mientras los perros saltaban la cerca de un vecino. “Mi familia es primero. Defenderé a mis hijos como sea necesario”. No está sola. Otros padres confirman que sus rutinas cambiaron:
escanean la calle antes de dejar a los niños salir, revisan alrededor del auto antes de subir y hasta han dejado de usar sus patios.
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Una ciudad pequeña, un problema grande
Godley es una ciudad de apenas 2,100 habitantes.
Su tamaño limita el presupuesto y las opciones de respuesta. El jefe de Policía, Darrell “Dusty” Vinson, reconoce que
la ciudad no puede manejar el problema por sí sola. Por eso, buscan apoyo del condado, de municipios vecinos y hasta de los guardabosques estatales. El concejal Michael Matos explicó que este martes la discusión se enfocará en dos frentes:
revisar la ordenanza de control animal y explorar un plan “humano y viable”.
“La seguridad pública es prioritaria, pero también
debemos considerar el bienestar de los animales”, dijo.
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El trasfondo: abandono y refugios llenos
El condado de Johnson
no tiene un refugio ni un departamento de control animal. Cada ciudad maneja lo suyo y los albergues cercanos. Eso significa que Godley queda atrapada:
con perros que se multiplican y sin dónde llevarlos.
Los vecinos aseguran que
el abandono de mascotas es constante. Camadas de perros sin esterilizar se suman a la manada y, con los refugios cercanos al máximo de su capacidad, la situación escala.
“Sabemos que los albergues están llenos,
pero algo se debe hacer”, reclamó una madre durante una reunión vecinal.
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Riesgos a la vista
Lo que comenzó como una molestia ya
es visto como una amenaza. Padres denuncian que
los perros aparecen incluso en horario escolar. Algunos han intentado cavar bajo cercas o saltar bardas. Otros se han acercado a las puertas de casas. Hasta ahora
no se reportan ataques graves, pero el temor es que ocurra.
“No debería pasar nada trágico para que alguien actúe”, insiste Figueroa.
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Qué hacer si los encuentras
Las autoridades recomiendan:
Mantener distancia: No alimentes ni intentes espantar con agresividad.
Refuerza tu casa: Asegura portones y patios.
Reporta: En Godley y el resto del condado, llama al Sheriff (817-556-6060).
En emergencia, marca 911. Especialmente si hay una mordedura o amenaza directa.
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Lo que se espera
La sesión del Concejo será este martes 16 de septiembre en el City Hall (200 W. Railroad).
Los residentes podrán dar testimonio y presentar propuestas. Lo que está en juego no es solo el control de una manada, sino
el derecho de familias enteras a recuperar la tranquilidad en su propia calle.
“Queremos soluciones”, resume Heather. “Nuestros hijos
merecen jugar sin miedo y los animales también merecen un destino mejor que sobrevivir en las calles”.
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Este caso refleja un problema creciente en Texas: mascotas abandonadas, refugios saturados y comunidades pequeñas que no cuentan con infraestructura para responder. Godley es hoy el ejemplo más visible, pero no es el único.
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