Peluqueros de la familia Rahami revelan cuándo notaron un cambio de conducta en Ahmad Khan

Durante años, los estilistas Mario Valerio y Marcela Geneo escucharon al acusado por los bombazos en Nueva York y Nueva Jersey contar “abiertamente” sus tristezas. Un tiempo después, aseguran, notaron su transformación.

Marcela Genao: "Siempre fue muy sociable y amable con todos nosotros, pero fue cambiando con el tiempo. Dejó de usar jeans... lo veíamos con su túnica blanca y se volvió callado".
Marcela Genao: "Siempre fue muy sociable y amable con todos nosotros, pero fue cambiando con el tiempo. Dejó de usar jeans... lo veíamos con su túnica blanca y se volvió callado".
Imagen Univision Nueva York / Zaira Cortés

ELIZABETH, Nueva Jersey. – La estilista dominicana Marcela Geneo lloró cuando vio en las noticias a Ahmad Khan Rahami herido, esposado y rodeado de oficiales de la policía y del FBI. “Me dio pena”, admitió, “porque pudo ser un hombre feliz y normal” si sus padres hubiesen aceptado a su primera esposa, María Mena.

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A su lado, en el salón de belleza Sonia, asintió a cada palabra Mario Valerio, quien le cortaba el cabello al acusado de los bombazos en Nueva York y Nueva Jersey, desde que éste era un adolescente.

‘Mad’, como allí le llamaban, “estaba muy contento cuando se graduó. Él quería quedarse con su primera esposa (María). Tal vez todo hubiera sido distinto si eso hubiera pasado. Sus padres son muy tradicionalistas y religiosos, aunque él y sus hermanos están bien americanizados”, apuntó Valerio el miércoles.

Según Geneo, hace como 10 años que Ahmad Khan Rahami les contó que lo botaron de la casa de sus padres, cuando embarazó a su primera compañera, casi terminando la escuela secundaria. En aquéllos días, recordó, cuando visitaba en el salón de belleza, expresaba abiertamente lo “afectado” que estaba por el rechazo de su familia.

“El pobre se quedaba en la casa de amigos sin saber qué hacer y trabajaba de portero. ‘Mad’ a veces venía a visitar a su familia con su esposa y la bebé, pero el padre no lo aceptaba. Nunca la quiso y él se deprimía”, aseguró la peluquera que hace 14 años trabaja en este salón, a unos pasos de la residencia de los Rahami, en Elizabeth, Nueva Jersey.

“Si sus padres hubieran dejado que siguiera su corazón, él no estaría ahora en la prisión. Cuando venía, me decía que quería mucho a la muchacha (María Mena) y a la niña, que estaba muy contento con esa relación”, expresó Geneo.

La estilista de 36 años aseguró que como “la familia intervino, por eso Rahami se fue a Paquistán para casarse con una mujer musulmana. Fue entonces cuando volvió a ser aceptado en la familia”.

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De acuerdo con Geneo y Valerio, cuando Ahmad Khan Rahami regresó de ese viaje, comenzó su transformación.“Siempre fue muy sociable y amable con todos nosotros, pero fue cambiando con el tiempo. Dejó de usar jeans y empezó a vestirse con el atuendo tradicional. Lo veíamos con su túnica blanca y se volvió callado”, dijo la peluquera que lo saludó por última vez el pasado viernes, un día antes de los estallidos que se le imputan.

“Ese muchacho no tenía que terminar así, ojalá que las cosas hubieran sido diferentes para él”, lamentó Valerio.


“Son muchos viviendo ahí”

El miércoles, el restaurante de la familia Rahami, ‘First American Fried Chicken’, seguía custodiado por agentes del FBI y oficiales de la policía de Elizabeth.

En la casa que ubica en los altos del negocio, en el 104 de la avenida Elmora, vecinos señalaron que viven cerca de 10 personas, entre los padres, los hijos con sus parejas y los nietos.

“Me da mucha pena, los sobrinos del muchacho (Ahmad Khan Rahami) pasan por aquí todo el tiempo. Todos ellos viven en la casa. Su hermana vino de Afganistán con dos niños y su otro hermano se casó y tuvo dos niños. Son muchos viviendo ahí”, dijo el peruano Oscar Ramos, quien trabaja en La Bottega Dei Sapori, ubicada en la esquina de la avenida Elmora y Linden.

“El papá, Muhammad, viene a comprar helado para los niños. Es un buen hombre, muy tranquilo, aunque la mamá casi no habla con nadie”, comentó.

En estos días, de acuerdo con Marcela Geneo, es el padre de Rahami quien está a cargo de todo. Hace dos semanas, la madre del acusado y su hermana visitaron el salón de belleza porque viajarían a Afganistán, donde según les contaron, hacía tiempo que la matriarca de la familia no iba.

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