Cuando Vladimir Putin presumió este domingo de la exitosa prueba de un pionero misil de crucero de propulsión nuclear, le estaba enviando un claro mensaje a Donald Trump: Moscú no se dejará intimidar para hacer concesiones con respecto a Ucrania.
Qué mensaje envía Putin a EEUU con la prueba de un poderoso misil nuclear (y cómo reaccionó Trump)
Vladimir Putin presumió del “rotundo éxito” de la prueba de su nuevo misil que le otorga un alcance prácticamente ilimitado y la capacidad de evadir las defensas aéreas enemigas.

Ante el llamado del republicano a un rápido alto el fuego y las nuevas y contundentes sanciones impuestas por Washington a la industria petrolera rusa, el presidente ruso vuelve a recordar la existencia de su arsenal nuclear a Estados Unidos y a otros aliados occidentales de Kyiv.
Putin insiste en que Ucrania debe retirar sus fuerzas de las cuatro regiones que Rusia se ha anexionado ilegalmente —pero que no ha conquistado por completo—, así como abandonar su intento de unirse a la OTAN. Pero tanto Kyiv como sus aliados occidentales rechazan estas demandas.
Rusia responde con el Burevestnik al escudo antimisiles estadounidense
El Burevestnik, que significa "ave de tormenta" en ruso, es el primer misil de propulsión nuclear del mundo. Esta propulsión le otorga un alcance prácticamente ilimitado, lo que le permite permanecer en el aire durante días y atacar desde una dirección inesperada.
Putin habló del misil por primera vez en un discurso sobre el estado de la nación en 2018, cuando aseguró que sería capaz de evadir las defensas aéreas enemigas.
El desarrollo del Burevestnik, para el que la OTAN ha elegido "Skyfall" como nombre en clave, siguió adelante pese a los fallos de lanzamiento inicialmente reportados.
Este domingo, el jefe militar ruso, Valery Gerasimov, informó a Putin que la prueba del Burevestnik realizada el 21 de octubre fue un éxito rotundo.
El misil recorrió 8,680 millas durante un vuelo de 15 horas utilizando combustible nuclear y realizó maniobras que "demostraron su alta capacidad para evadir sistemas de misiles y defensa aérea", aseguró Gerasimov.
“Las características técnicas del misil Burevestnik permiten su uso con precisión garantizada contra objetivos altamente protegidos a cualquier distancia”, agregó.
Si bien las autoridades no han revelado más detalles sobre el arma, medios rusos informaron que podría volar a altitudes de hasta 160 pies para evitar los radares enemigos.
Putin ordenó a Gerasimov que preparara las instalaciones necesarias para desplegar el Burevestnik y desarrollar sus modos de operación.
El líder ruso ha descrito el arma como una respuesta al escudo antimisiles que Washington desarrolló tras su retirada en 2001 del pacto entre Estados Unidos y la Unión Soviética de la Guerra Fría que limitaba las defensas antimisiles.
Los estrategas militares rusos temían que un escudo antimisiles pudiera tentar a Washington a lanzar un primer ataque que destruiría la mayor parte del arsenal nuclear de Moscú.
Junto al futuro dron Poseidon de propulsión nuclear y armamento con alcance intercontinental, que también fue anunciado por Putin, el Burevestnik se presentó como una represalia garantizada ante un hipotético primer ataque.
Los desafíos tecnológicos y riesgos que presenta el misil de propulsión nuclear anunciado por Rusia
A diferencia de un misil de crucero convencional propulsado por motores a reacción, cuyo alcance está limitado por el combustible que puede transportar, un misil de crucero de propulsión nuclear tiene un alcance prácticamente ilimitado y puede permanecer flotando durante días sobre el océano, antes de dirigirse a toda velocidad hacia un objetivo desde una dirección sin defensa antimisiles.
Estas capacidades únicas implican enormes desafíos tecnológicos y posibles riesgos de radiación, lo que llevó a EEUU a abandonar un proyecto de misiles de propulsión nuclear en la década de 1950, tras considerarlo demasiado inseguro para su propio personal militar y sus aliados.
Diversos expertos occidentales se han mostrado muy escépticos sobre la capacidad real de Rusia para construir un misil de este tipo, y algunos lo describieron como un "Chernóbil volante" debido a los riesgos de radiación.
Un accidente ocurrido en 2019 causó la muerte de al menos cinco ingenieros nucleares y heridas a varios más en una explosión que, según EEUU, ocurrió cuando expertos rusos intentaban recuperar un prototipo de Burevestnik que se había estrellado en el Mar Blanco durante una prueba anterior.
El gobierno local de una ciudad cercana al lugar de la explosión informó entonces de un breve aumento en los niveles de radiación.
Putin y Gerasimov no especificaron dónde se probó el misil el pasado 21 de octubre, pero ese día se cerró una amplia zona alrededor del archipiélago ártico de Nueva Zembla, donde se habían realizado pruebas previas del Burevestnik y se habían desplegado buques y aeronaves vinculados al programa.
Según informó el diario noruego Barents Observer, la Autoridad Noruega de Seguridad Nuclear y Radiológica afirmó que no se han reportado picos de radiación en ninguna de sus estaciones de monitoreo. Ello supone que los diseñadores del Burevestnik podrían haber logrado desarrollar un diseño que evite la contaminación radiactiva.
“Cuando anunciamos que estábamos desarrollando un arma de este tipo, incluso expertos altamente cualificados me dijeron que era un objetivo bueno y loable, pero inalcanzable en el futuro próximo”, aseguró Putin. “Y ahora se han completado las pruebas decisivas”.
El mensaje nuclear lanzado por Putin y la respuesta de Trump
Putin ha alardeado repetidamente del poderío nuclear ruso desde que lanzó la invasión a gran escala de Ucrania en febrero de 2022, al declarar que Moscú estaba dispuesta a utilizar "todos los medios" para proteger sus intereses de seguridad.
Ahora que Trump suspendió una cumbre prevista entre ambos en Budapest y que anunció sus primeras sanciones importantes contra Moscú, el presidente ruso ha vuelto a recurrir al mensaje nuclear.
Horas después de que Trump anunciara dichos castigos, Putin presidió los ejercicios que involucraron a todos los componentes de la tríada nuclear rusa y que incluyeron lanzamientos de práctica de misiles balísticos intercontinentales con capacidad nuclear, lanzados desde tierra y submarinos, así como misiles de crucero disparados por bombarderos estratégicos.
Por otro lado, Putin respaldó este lunes la decisión del parlamento, controlado por el Kremlin, de retirarse del acuerdo del año 2000 con EEUU sobre la eliminación de vastas reservas de plutonio de grado bélico de la Guerra Fría, debido a lo que los legisladores describieron como "nuevas medidas antirrusas que alteran radicalmente el equilibrio estratégico".
Si bien declaró su disposición a seguir dialogando con Trump sobre un posible acuerdo con Ucrania, Putin también calificó las nuevas sanciones estadounidenses contra las principales compañías petroleras rusas como un "acto hostil" que dañaría las relaciones. Incluso advirtió que Rusia no se dejaría intimidar.
"Es un intento de presionar a Rusia, pero ningún país ni pueblo que se precie toma decisiones bajo presión", declaró.
Putin también alertó de que cualquier intento de Ucrania de atacar el interior de Rusia con armas de largo alcance suministradas por Occidente provocará una respuesta "muy grave, por no decir impactante", por parte de Moscú.
Tres días después, se vistió con el uniforme militar para recibir un informe sobre el aparentemente exitoso lanzamiento de prueba del Burevestnik.
Trump respondió este lunes con irritación cuando se le preguntó sobre la prueba rusa. "Hay que poner fin a la guerra. Una guerra que debería haber durado una semana está ahora en su cuarto año. Eso es lo que deberían hacer, en lugar de probar misiles", dijo.
“Tenemos un submarino nuclear, el más grande del mundo, justo frente a sus costas", por lo que "no necesitamos recorrer 13.000 kilómetros", añadió.
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