Quienes apoyan el proyecto liderado por el alcalde Bill de Blasio, como es el caso del concejal Francisco Moya, afirman que esta prisión se ha convertido en un símbolo de violencia y es necesario actuar para clausurar sus puertas. Por su parte, los opositores a la iniciativa afirman que las acciones del mandatario local son “hipócritas” y esta en especial traería malestar en la comunidad.