La historia de una sexoservidora de Nueva York que apoya la descriminalización de su oficio
Yoselin es de Guatemala y llegó a EEUU cuando tenía 18 años. Relata que la desesperación la llevó a prestar servicios sexuales en la ciudad, lo que no le avergüenza porque fue lo que la “ayudó a salir adelante”. Ella, como sus compañeras, apoya la propuesta que se debate en Albany y que busca que actividades como merodear o caminar en busca de ‘sexo servicio’ no sean un crimen y motivo de deportación.
La historia de una sexoservidora de Nueva York que apoya la descriminalización de su oficio
Yoselin es de Guatemala y llegó a EEUU cuando tenía 18 años. Relata que la desesperación la llevó a prestar servicios sexuales en la ciudad, lo que no le avergüenza porque fue lo que la “ayudó a salir adelante”. Ella, como sus compañeras, apoya la propuesta que se debate en Albany y que busca que actividades como merodear o caminar en busca de ‘sexo servicio’ no sean un crimen y motivo de deportación.