Finalizadas las labores de rescate en la discoteca Jet Set, la desesperación de varias familias se concentra a las afueras del Instituto Nacional de Patología Forense, en Santo Domingo, que esperan a que les entreguen los cadáveres de sus seres queridos. Esther López vive en Nueva York, pero llegó a República Dominicana porque sus padres murieron la tragedia. Asegura que los restos de ellos ya fueron identificados, pero que ha tenido que vivir toda una odisea para que se los entreguen.