Familias en Nueva York aún sufren el impacto por la suspensión temporal de los cupones de alimentos

Aunque los cupones de alimentos ya fueron restablecidos, miles de familias en Nueva York continúan enfrentando escasez, por lo que se observan filas interminables en bancos de comida, mientras las organizaciones luchan por abastecerse.

Video Familias aún sufren el impacto por la suspensión de los cupones de comida en Nueva York

NUEVA YORK. – Aunque el programa de asistencia alimentaria ya volvió a operar con normalidad, sus efectos continúan golpeando a miles de familias en la ciudad de Nueva York.

Durante las dos semanas en que los beneficios estuvieron suspendidos por el cierre gubernamental, miles de hogares agotaron gran parte de sus reservas y ahora dependen en mayor medida de organizaciones comunitarias para cubrir necesidades básicas.

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En los centros de reparto de alimentos, las filas se extienden cada vez más. Madres con niños, adultos mayores y trabajadores de bajos ingresos llegan con bolsas y carritos a la espera de recibir lo que las organizaciones puedan ofrecerles.

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Según voluntarios, la demanda creció en torno al 300% desde que se interrumpieron los cupones, un aumento que rebasó la capacidad de muchos programas de ayuda.

Gonzalo Celaya, voluntario de La Jornada en la Iglesia St. Peter’s, explica que han tenido que estirar al máximo las donaciones. “Cada día vemos más personas. Intentamos que todos se lleven algo, aunque a veces la comida simplemente no alcanza”, señaló.

Impacto se extiende a supermercados

El impacto no se limita a las familias. Los supermercados también sufrieron pérdidas significativas durante la pausa del programa SNAP, que representa cerca del 30% de sus ventas totales.

Comerciantes afirman que esos ingresos no regresarán, pues los consumidores tuvieron que utilizar el dinero destinado para otros gastos o festividades sólo para sobrevivir durante el corte temporal.

Anthony Peña, vicepresidente de la Asociación Nacional de Supermercados, advierte que las tiendas han tenido que reducir horas laborales y ajustar sus presupuestos para compensar los días sin ventas asociadas a los cupones.

El efecto dominó se extiende hacia las celebraciones de fin de año. Muchas familias que reservaban parte de sus ingresos para Acción de Gracias o Navidad han tenido que destinar ese dinero a la compra de alimentos, dejando de lado regalos y reuniones.

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Para organizaciones comunitarias y comerciantes, la situación demuestra que incluso una interrupción breve en los programas de asistencia puede generar consecuencias duraderas en una ciudad donde 1.8 millones de personas dependen de ayuda alimentaria.

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