Aunque a los 5 años de edad se le diagnosticó artritis reumatoidea juvenil, a Mirtha Monterrosa nada la derrumba, por el contrario, desde entonces ha buscado la forma de surgir. "Me permitió el derecho de estudiar más de cinco carreras y conocer el dolor humano en toda su magnitud. Mi vida no es fácil, es muy duro, pero nos movemos con la voluntad de Dios", señala Mirtha.