En Chicago, vecinos y activistas han organizado una red comunitaria de patrullas, silbatos, escoltas escolares y respuestas rápidas para enfrentar la
ofensiva migratoria federal que en noviembre cumple tres meses. En barrios como La Villita, Baltazar Enríquez recorre las calles cada mañana en busca de agentes, transmitiendo alertas en redes sociales mientras residentes graban detenciones, siguen autos sospechosos o compran la mercancía de vendedores ambulantes para reducir su riesgo.