Es dreamer, enfermero y lucha contra el coronavirus, pero podría ser deportado

Jonathan Vargas, un enfermero de cuidados intensivos en Carolina del Norte, conocerá en los próximos días si el país por el que lucha contra la pandemia del coronavirus lo protegerá o decidirá deportarlo. La decisión de la Corte Suprema sobre el programa de la Acción Diferida (DACA) tiene en vilo a más de 700,000 dreamers en Estados Unidos.

Video La historia de dos enfermeros hispanos que podrían enfrentar la deportación en plena lucha contra el coronavirus

WINSTON-SALEM, Carolina del Norte. - Mientras que miles de trabajadores esenciales continúan en el frente de lucha para combatir el coronavirus, el futuro de los beneficiarios de la Acción Diferida (DACA) aún sigue en las manos de la Corte Suprema. Muchos de los llamados “dreamers” son trabajadores de la salud que podrían enfrentar la deportación en plena crisis de salud.

Jonathan Vargas, un enfermero de la unidad de cuidados intensivos en un hospital de Winston-Salem, Carolina del Norte, había finalizado la escuela secundaria cuando DACA entró en vigor. “Fue un cambio de vida. No sé cómo describirlo”, confesó a la cadena de noticias BBC. Gracias a este programa tuvo la oportunidad de trabajar legalmente y estudiar en la universidad.

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DACA fue creado en 2012 por el entonces presidente Barack Obama. El 5 de septiembre de 2017 el gobierno de Donald Trump lo canceló, pero al menos tres cortes federales y una de apelaciones ordenaron restituirlo, argumentando que el Gobierno violó la ley al ordenar su eliminación. La decisión final sobre el caso se conocerá en las próximas semanas.

Unos 700,000 jóvenes están en peligro de ser deportados

Vargas, al igual que unos 700,000 jóvenes beneficiarios del programa, conocerá en las próximas semanas si el país por el que lucha en medio de la pandemia, lo protegerá o decidirá deportarlo.

"Trato de no pensar en ello, porque si lo hago demasiado, me canso. Básicamente, tuve que dejar de imaginarlo por mi propia salud", dijo el hispano a BBC.

Jonathan es originario de una pequeña localidad cerca de Puebla, en México. Su padre partió en el año 2000 a Estados Unidos, y dos años más tarde la familia pudo reunirse. Según comentó a BBC, ellos intentaron obtener las respectivas visas, pero estas fueron negadas. Con el deseo de encontrar un mejor futuro, la madre de Jonathan y sus dos hijos cruzaron un río que separa a ambas naciones y entraron a Estados Unidos sin permiso.

Al ser un niño indocumentado, Jonathan pudo acudir a las escuelas públicas, pero su situación migratoria le impidió inscribirse en las universidades del estado. Cuando DACA surgió, tanto él como su hermano, intentaron cumplir el servicio militar; sin embargo, esta opción les fue negada al no ser residentes o ciudadanos estadounidenses, agregó a BBC.

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Durante los últimos cuatros años, este profesional de la salud se ha desempeñado como enfermero en la unidad de cuidados intensivos, donde comparte labores con su esposa y hermano. En tiempos de largas horas de trabajo y múltiples sacrificios para atender a sus pacientes en medio de la crisis de salud, el hispano aún no sabe cuál será su futuro. Si la Corte Suprema decide suspender DACA, él automáticamente perdería su trabajo.

“A veces siento que los uniformes que uso para el trabajo son algún tipo de camuflaje. Las personas asumen que soy ‘uno de los buenos' y que estoy aquí legalmente. Pero tan pronto me cambio a la ropa regular, no hay forma que sepan que soy un enfermero, entonces paso a ser un indocumentado, como algunos suponen sobre todos los demás que parecen hispanos”, concluyó Vargas a BBC.

Vea aquí las últimas noticias relacionadas al programa de Acción Diferida (Daca, por sus siglas en inglés).

Video Soñadores de Carolina del Norte continúan desconcertados sobre el futuro de DACA