Estragos del huracán Helene persisten: estudiantes en NC aún sin volver a clases

Miles de estudiantes fueron desplazados por el fenómeno, algunos continúan sin un hogar fijo lo que ha dificultado que regresen a sus escuelas.

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Por:AP
Video La destrucción que dejó Helene en Asheville va más allá del efecto del cambio climático en huracanes

SWANNANOA, Carolina del Norte.- Un año después del paso devastador del huracán Helene, miles de estudiantes en el oeste de Carolina del Norte aún enfrentan las consecuencias de perder sus hogares, sus escuelas y su estabilidad emocional.

En todo el estado, al menos 2,500 estudiantes fueron desplazados tras el desastre, y muchos de ellos continúan viviendo en condiciones precarias, desde moteles hasta casas rodantes o espacios compartidos con familiares, reporta The Associated Press.

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El fenómeno se repite con mayor frecuencia en EE.UU. a medida que los desastres naturales se intensifican por el cambio climático, afectando de forma desproporcionada a comunidades rurales de bajos ingresos.

"Esta no es mi casa"

Natalie Briggs, de 12 años, lo perdió casi todo. Cuando volvió a ver su casa en Swannanoa tras el paso del huracán, tuvo que caminar sobre una viga para llegar a lo que quedaba de su habitación. “Solo podía pensar: ‘Esta no es mi casa’”, dijo la joven, que ahora vive en el sótano de sus abuelos.

Como ella, otros cientos de niños han sufrido crisis emocionales, ausencias escolares y pérdida de pertenencias personales. Las escuelas reabrieron mucho antes de que muchos hogares estuvieran habitables, provocando una brecha académica difícil de cerrar.

Recuperarse sin recursos

El impacto de Helene fue particularmente grave en las zonas montañosas del oeste de Carolina del Norte, consideradas un supuesto "refugio climático". Además de inundaciones y deslizamientos de tierra, la tormenta dañó más de 73,000 viviendas, dejó sin agua ni electricidad a miles de personas por semanas, y paralizó el sistema educativo en varios condados.

En Yancey, por ejemplo, los estudiantes perdieron más de dos meses de clases debido a cierres escolares prolongados. El condado vio un aumento de más del 400% en estudiantes sin hogar, pasando de 21 a 112 casos identificados.

Cassandra Davis, profesora de políticas públicas en la Universidad de Carolina del Norte, advirtió que muchas familias ya vivían al límite antes del huracán. "Casi diría que no tienen la oportunidad de recuperarse", dijo.

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Viviendas perdidas, familias divididas

Bonnie Goggins-Jones, conductora auxiliar de autobús escolar, perdió su casa alquilada en Black Mountain. Junto a sus nietos adolescentes, vivió en un motel, luego en dos casas rodantes, una de ellas con goteras. “Perdieron su cama, su ropa, sus zapatos, su mochila”, relató.

En el caso de América Sánchez Chávez, de 11 años, su familia tuvo que separarse. La casa rodante en la que vivían quedó inhabitable y los fondos de la FEMA no alcanzaron para las reparaciones. “Todavía me da miedo la lluvia”, confesó América, que ahora vive con su madre en una habitación de hotel.

La brecha de apoyo educativo

La Ley McKinney-Vento brinda protección a estudiantes sin hogar y permite acceso a transporte, tutorías y asistencia educativa. Sin embargo, solo uno de cada cinco distritos escolares recibe fondos del programa, lo que deja a muchas comunidades desatendidas tras eventos catastróficos.

En Carolina del Norte, solo seis de los 16 condados más afectados por Helene recibieron apoyo de McKinney-Vento, según el análisis de la AP. “Si ocurre un desastre, afectará a distritos que no reciben ese dinero”, advirtió Barbara Duffield, directora de la organización SchoolHouse Connection.

Impacto emocional y académico

Gwendolyn Bode, estudiante de derecho, vivió en un Airbnb y en un hotel tras perder su apartamento. La falta de un entorno estable le impidió concentrarse. “No puedo contarte lo que aprendí... ni siquiera puedo decirte cuándo fui a clase”, confesó.

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Para Natalie Briggs, ahora de 13 años, los ataques de pánico y la ansiedad fueron parte de su nueva realidad. Sin embargo, su madre, Liz Barker, afirma que han logrado mantenerse juntas y más unidas.

“Ha sido un poco más cariñosa desde que sucedió todo esto”, dice Barker con una sonrisa.

“Le doy abrazos y le digo que la amo, más de lo que la amé”, responde Natalie.

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