Desde las orillas caribeñas de Venezuela hasta la efervescente multiculturalidad de Estados Unidos, la historia de Vivian es un relato de coraje y transformación que merece ser contado. En 2016, ante una realidad cada vez más áspera y el deseo de forjar un mejor futuro para su hijo, Vivian tomó la decisión que cambiaría su vida: emigrar a Estados Unidos, un país vasto y desconocido, un lienzo en blanco para sus sueños y aspiraciones.
Vivian: El sueño americano a través de la belleza y la resiliencia
Vivian es un testimonio viviente de que con fe y esfuerzo, el sueño americano es una realidad alcanzable


El desafío inicial fue abrumador. Un nuevo país, una cultura distinta, y la incertidumbre de cómo empezar. Buscar escuelas y hospedaje sin conocer nada era solo el principio de una serie de obstáculos que Vivian enfrentaría con una mezcla de valentía y necesidad. El idioma, una barrera que ella creía insuperable, pronto se convirtió en una de las muchas que derribaría con su inquebrantable determinación.
En 2017, con la claridad de quien conoce su camino, Vivian decidió formarse como técnica en uñas. A pesar de traer consigo estudios de Venezuela, la realización de que necesitaría obtener una licencia en Estados Unidos para continuar su pasión por la belleza la llevó por un sendero inesperado. La inspiración para seguir adelante y enfrentar cada nuevo reto provenía de su hijo, de la promesa de una vida mejor, de la calidad de vida que ella estaba determinada a proporcionarle.
Su tiempo en una peluquería de la Pequeña Habana estuvo marcado por anécdotas que reflejan su resiliencia. Como aquella vez que, sin medio de transporte para regresar a casa, Vivian compró una bicicleta para poder llegar al trabajo, un testimonio de su firme resolución de no dejarse vencer por las circunstancias.
El nacimiento de VL Nails es una historia de emprendimiento nacida de la necesidad. Comenzó en una casa alquilada donde le prohibían trabajar. Al compartir su situación con unas clientas, descubrió la oportunidad de alquilar una suite y así, con valentía y una visión clara, decidió embarcarse en la aventura de abrir su propio estudio. VL Nails no era solo un negocio; era un pedazo de Venezuela, una extensión de su hogar y de su corazón.
La acogida fue tal que, al año siguiente, una colega le propuso asociarse para abrir un segundo local en Fontainebleau Doral. El éxito de Vivian y su habilidad para conectar con las personas, a pesar de las barreras del idioma, fueron el impulso para esta expansión. Su estrategia era sencilla pero poderosa: ser ella misma, auténtica y genuina, una cualidad que resonaba con su clientela.
Ser la única CEO de VL Nails significó asumir múltiples roles y responsabilidades, una prueba de fuego que Vivian enfrentó enseñando a cada nueva empleada desde cero, asegurándose de que cada cliente sintiera la esencia de su toque personal en cada servicio. La delegación se convirtió en una herramienta esencial, permitiéndole mantener la calidad y el espíritu de su marca.
Los sueños de infancia de Vivian, aquellos que la hacían soñar con vivir en un castillo al estilo Disney, han encontrado eco en su realidad actual. Hoy, su negocio se ha expandido hasta abarcar 1200 metros cuadrados, un reino propio donde la belleza y los sueños se entrelazan. Cada manicura, cada color y cada diseño son pinceladas de su historia, una narrativa de superación y éxito.
Luego de 7 años de arduo trabajo Vivian logro abrir VL Beauty Spa lo cual demuestra su larga trayectoria. A aquellos que la siguen y se ven reflejados en su historia, Vivian les ofrece un consejo que es a la vez una invitación y una promesa: no escuchen a aquellos que no han logrado nada en sus vidas, sigan los latidos de su corazón y su conciencia. Con disciplina, dedicación y, sobre todo, nunca perdiendo la fe, todo es posible. La historia de Vivian es un testimonio viviente de que con fe y esfuerzo, el sueño americano es una realidad alcanzable, un castillo que se puede construir con las uñas, la belleza y la resiliencia como cimientos.




