Arón Angulo, padre de tres niños, no creía en la inmunización contra el virus. Su esposa, Elizabeth Angulo, cuenta que el hombre desconfiaba de los efectos secundarios. “Yo le decía póntela y él respondía: yo soy fuerte, estoy sano, hago ejercicio”, narra la mujer, quien además cuenta que su pareja lleva un mes hospitalizado. “Si no lo quieren hacer por ustedes, háganlo por su familia”, pidió la madre hispana.