Los presos federales ya no cumplirán sus sentencias en cárceles privadas, anunció el Departamento de Justicia el jueves, tras concluir que son menos seguras y menos efectivas que las operadas por el gobierno.
El gobierno de EEUU pondrá fin al uso de cárceles privadas
El Departamento de Justicia anunció que ya no firmará contratos para otorgar a empresas privadas la administración de prisiones federales debido a informes que detallan que en ellas se producen más hechos de violencia que en aquellas que son manejadas por funcionarios públicos.


Sally Yates, vicefiscal general de EEUU, anunció la decisión en un memorándum que les indica a los funcionarios federales que no deben renovar los contratos de prisiones privadas, o incluso reducir el alcance de esos contratos.
El Buró de Prisiones Federales ya empezó a implementar esos cambios. Antes del anuncio de Yates ya se habían cancelado contratos por más de 8,300 camas en prisiones privadas, según dijo Yates en su anuncio.
Estas acciones, escribió Yates, "permitirán que el Buró deje de poner a convictos en instalaciones privadas el próximo año, y reducirá la población carcelaria en esas instalaciones a menos de 14,200 presos antes del 1 de mayo de 2017".
Trece cárceles
Hay 13 cárceles privadas en el Buró de Prisiones, dijo Yates en una entrevista con el diario The Washington Post, y agregó que no cerrarán de un día a otro, sino que terminarán con los contratos que deban ser renovados en los próximos cinco años.
El anuncio llega una semana después de un reporte del inspector general del Departamento de Justicia que encontró que las prisiones privadas tenían más incidentes de seguridad que las instalaciones del gobierno.
"Las prisiones privadas confiscaron celulares de contrabando ocho veces más anualmente que las instalaciones del gobierno. Las prisiones privadas también tenían tasas más altas de agresiones entre reclusos y agresiones de reclusos hacia empleados", dijo el reporte, que también notó que las tres cárceles investigadas fueron citadas por el Buró de Prisiones por tener deficiencias de seguridad y por infracciones administrativas y disciplinarias.
Según el reporte, por lo menos dos de las tres prisiones que revisaron estaban alojando a nuevos reclusos en las unidades especiales, que normalmente se usan para lidiar con problemas disciplinarios, mientras les buscaban un lugar permanente en los sectores de población general.
Recientemente, la revista Mother Jones publicó una investigación que encontró serios problemas en una prisión privada en Louisiana, donde también halló deficiencias en temas de seguridad y entre los empleados.





