Rodrigo Paz, un centrista conservador gana las elecciones en Bolivia, poniendo fin a dos décadas de gobiernos de izquierda

La elección se produjo en el marco de una crisis caracterizada por la escasez de combustible, la escalada de los precios de los alimentos y la falta de empleo.

Video Rodrigo Paz es nuevo presidente de Bolivia: pone fin a 20 años de gobiernos de izquierda

El senador centrista Rodrigo Paz se convirtió el domingo en el primer conservador en ganar unas elecciones presidenciales en Bolivia en 20 años.

Paz, de 58 años, superó a su oponente derechista, el expresidente Jorge 'Tuto' Quiroga, para asegurarse la victoria en la segunda vuelta de los comicios en ese país sudamericano. Se convertirá en el próximo jefe de Estado de Bolivia el 8 de noviembre.

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“El rumbo es irreversible”, dijo Óscar Hassenteufel, presidente del Tribunal Supremo Electoral, refiriéndose a la ventaja de Paz sobre su rival.

Paz obtuvo el 54 % de los votos, según los primeros resultados, frente al 45 % de Quiroga.

La noche del domingo, Paz apareció acompañado por su esposa, María Helena Urquidi, y sus cuatro hijos adultos. El salón de un hotel en La Paz estalló en euforia: la multitud gritaba su nombre y alzaba los teléfonos para grabar el momento.

Rodrigo Paz celebra su triunfo en La Paz.
Rodrigo Paz celebra su triunfo en La Paz.
Imagen MARTIN BERNETTI/AFP via Getty Images


“Hoy Bolivia puede estar segura de que este será un gobierno que traerá soluciones”, dijo a sus seguidores. “Bolivia respira vientos de cambio y renovación para seguir adelante”.

Poco después de conocerse los resultados, Quiroga reconoció la derrota.

“Llamé a Rodrigo Paz para felicitarlo”, declaró en un discurso sombrío, entre abucheos y gritos de fraude por parte del público. Pero Quiroga pidió calma, advirtiendo que negarse a aceptar los resultados “dejaría al país en el aire”.

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Paz hereda una economía en graves dificultades tras 20 años de gobierno del partido Movimiento al Socialismo, fundado por el carismático expresidente Evo Morales, quien estuvo en el cargo entre 2006 y 2019. El partido tuvo su apogeo durante el auge de las materias primas a principios de la década de 2000, pero las exportaciones de gas natural se han estancado y su modelo económico estatista de generosos subsidios y un tipo de cambio fijo se ha derrumbado desde entonces.

Agobiados por la escasez de dólares estadounidenses y la escasez de combustible que los obliga a hacer cola durante días, los votantes de todo el país eligieron el domingo a Paz para superar su peor crisis económica en cuatro décadas. Paz propuso reformas importantes, pero a un ritmo más gradual que Quiroga, quien abogó por recurrir a un rescate del Fondo Monetario Internacional y un programa de choque fiscal.

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La jornada transcurrió tranquila y c4on los ciudadanos acudiendo en gran número a votar, dijo Davor Stier, jefe de la misión de observadores de la Unión Europea. Las autoridades desplegaron a 27,000 policías para apoyar y resguardar el orden público en las 35,000 mesas de sufragio.

Quién es Rodrigo Paz: alcalde, senador e hijo de un expresidente

Hijo del expresidente Jaime Paz Zamora, quien gobernó de 1989 a 1993, y de la española Carmen Pereira, Rodrigo Paz nació en Santiago de Compostela, España, y pasó allí su primera infancia.

Su padre, uno de los fundadores en la década de 1960 del Movimiento de la Izquierda Revolucionaria (MIR), de inspiración marxista, se había exiliado en España para escapar de la represión del general Hugo Bánzer, uno de los varios dictadores que gobernaron Bolivia entre 1964 y 1982.

Paz Zamora se trasladó a Perú cuando Bánzer renunció en 1978. Años después, en una ironía del destino, hizo un pacto político con el mismo hombre que lo había encarcelado y exiliado. Cuando Paz Zamora se postuló a la presidencia en 1989, un resultado electoral muy ajustado dejó la decisión en manos del Congreso boliviano, y el socialista selló un acuerdo con el dictador convertido en político conservador para asegurar su victoria.

Su mandato se caracterizó por una estricta disciplina fiscal y reformas de libre mercado destinadas a contener la inflación, lo que entusiasmó a los inversionistas pero decepcionó a sus antiguos seguidores de izquierda, que vieron aumentar la desigualdad y persistir el desempleo.

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Rodrigo Paz comenzó su carrera política en el partido de izquierda de su padre, pero luego, como él, se redefinió como un conservador comprometido con reformas pragmáticas y favorables a los negocios. Inició su trayectoria como diputado en la Cámara Baja antes de convertirse en alcalde de la ciudad sureña de Tarija, entre 2015 y 2020.

Desde entonces ha sido senador.

Tarija, sin embargo, no ha abrazado a su hijo pródigo: en las elecciones presidenciales, tanto en la primera como en la segunda vuelta, el partido de Paz perdió en la región, a pesar de haber ganado en seis de los nueve departamentos del país.

Como alcalde, Paz modernizó el centro de Tarija con paseos peatonales y amplias plazas, lo que dejó a muchos trabajadores con la sensación de haber sido marginados, mientras la región, rica en hidrocarburos, sufría por la caída de los ingresos. Los despidos en el sector público que ordenó para reducir el creciente déficit enfurecieron a los sindicatos.

Rodrigo Paz, de ser un político de bajo perfil a presidente electo

Cuando comenzó la campaña electoral en Bolivia a inicios de agosto, el reservado senador de Tarija ni siquiera fue invitado al primer debate televisado. Durante ese debate, los guardias de seguridad tuvieron que intervenir para retirar a un grupo de sus simpatizantes que interrumpieron la transmisión en vivo mostrando un cartel con los datos de contacto de Paz, pidiendo que lo incluyeran en el siguiente encuentro.

Antes de las elecciones del 17 de agosto, sus cifras en las encuestas lo situaban casi al final entre los ocho candidatos. En pequeños actos de campaña por el altiplano andino, apenas lograba llenar los auditorios.

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Su elección del excapitán de policía Edman Lara como compañero de fórmula fue casi accidental: una solución de último minuto tras la retirada de su primera opción. Pero el 'Capitán Lara', como se le conoce, impulsó con fuerza la campaña de Paz, llevándolos finalmente a la victoria en ambas rondas electorales.

La historia de Lara, expulsado de la policía en 2023 por denunciar corrupción en videos virales de TikTok, amplificó el mensaje anticorrupción de Paz y conectó con los trabajadores e indígenas del altiplano boliviano, que antes constituían la base del Movimiento al Socialismo (MAS).

Juntos emprendieron una campaña frenética y desafiante, recorriendo ciudades y comunidades rurales con actos sencillos y animados, muchas veces regados con cerveza, bajo el lema de “capitalismo para todos”. Con parrilladas y sin carteles ostentosos, se presentaban como el contraste del acaudalado Quiroga y su enorme presupuesto electoral.

Pese a los planes de Paz de eliminar los subsidios al combustible, devaluar la moneda boliviana y reducir la inversión pública, el tono populista de su campaña convenció a los votantes de que aplicaría las medidas con un ritmo asumible.

También prometieron ayudas económicas para los más pobres y otros beneficios que amortiguaran el golpe de los recortes más duros, atrayendo así a un amplio espectro de votantes de este diverso país.

Rodrigo Paz: ¿un nuevo comienzo con EEUU?

Entre la primera vuelta y el balotaje del domingo, Paz visitó Washington, participó en foros de análisis y expresó su convicción de que mejorar las relaciones con Estados Unidos es esencial para el éxito de Bolivia.

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Esto podría marcar un giro importante tras años de hostilidad hacia EEUU, que se remontan a 2008, cuando Morales expulsó a la Agencia Antidrogas (DEA) y al embajador estadounidense. Desde entonces, Bolivia ha mantenido alianzas con Venezuela y otros gobiernos de izquierda de la región, así como con potencias como China y Rusia.

El domingo por la noche, el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, declaró que la victoria de Paz “marca una oportunidad transformadora para ambas naciones”.

“Estados Unidos está listo para asociarse con Bolivia en prioridades compartidas, incluyendo el fin de la inmigración ilegal, la mejora del acceso a los mercados para la inversión bilateral y la lucha contra las organizaciones criminales transnacionales para fortalecer la seguridad regional”.

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