Los siete asesinatos de 'La familia Manson' que horrorizaron a la ciudad de Los Ángeles

Bajo las órdenes de Charles Manson, tres seguidores de la banda criminal asesinaron a puñaladas a siete personas. El homicidio múltiple generó terror entre los habitantes de Hollywood, que se armaron para defenderse y así evitar ser las próximas víctimas.

Video Muere Charles Manson, el líder de la secta que aterrorizó EEUU en los años 60'

"Soy el demonio y estoy aquí para hacer asuntos del demonio", dijo Ted Watson al entrar la noche del 8 de agosto de 1969 a la mansión de la 10050 Cielo Drive, en Beverly Hills, donde vivía la actriz Sharon Tate y su esposo, el cineasta Roman Polanski. Casi 25 minutos después de anunciarse, lo que era una reunión de amigos se convirtió en una de las escenas más sangrientas de las que se había hablado en Los Ángeles.

"Por favor, no me mates. Solo quiero tener a mi bebé", suplicaba Tate, con casi nueve meses de embarazo, a Susan Atkins, que la acuchillaba una, dos, 16 veces en total. "Mujer, no tengo piedad para ti", le decía con cada puñalada. Atkins luego justificó sus acciones diciendo que estaba muy drogada y que la actriz "continuaba suplicándome y pidiéndome y rogándome y me enfermaba escucharla, así que la apuñalaba".


Con Atkins –que cantaba en el coro de una iglesia– y Watson –un atleta en sus años escolares–, había irrumpido en la casa Patricia Krenwinkel, exprofesora de un colegio católico. Linda Kasabian, una de las últimas en unirse a la banda criminal llamada 'La familia Manson', confirmó su complicidad porque era la única con una licencia de conducir válida, según refiere la prensa local en sus recuentos de esa trágica noche. Todos actuaban bajo las órdenes del despiadado Charles Manson, quien les había pedido matar a sangre fría a quienes vivían en los barrios ricos de Los Ángeles con la esperanza de iniciar una guerra racial apocalíptica.

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Cuando la policía llegó al lugar la escena era grotesca. Tate, de 26 años, estaba amarrada con un nylon blanco por el cuello a otra de las víctimas, el conocido estilista de las celebridades, Jay Sebring, de 35, también apuñalado y con múltiples disparos en su cuerpo. Ella estaba casi desnuda, apenas con un pequeño camisón, y uno de sus senos había sido rebanado con las brutales cuchilladas. En su estómago, Atkins le había marcado una gran 'X'. El suelo era un río de sangre. Y con la de Tate escribieron grande la palabra "pig" (cerdo) en la puerta de la casa.

Las otras víctimas apuñaladas y tiroteadas en la sala eran el guionista Voytek Frykowski, de 32 años, y la heredera de una empresa de café, Abigail Folger, de 25. También murió, pero fuera de la vivienda, Steve Parent, de 18 años. Le dispararon cuatro veces en el pecho y el abdómen con un revólver calibre .22 y lo apuñalaron. Él estaba allí por coincidencia, pues solo visitaba al cuidador de la propiedad que vivía en la casa de huéspedes de la mansión.

Entre las causas de la matanza, los investigadores aseguraban en ese tiempo que la mansión había estado rentada por el productor discográfico Ferry Melcher, que había rechazado la música de Manson. Por eso creían que se trataba de una venganza, pero los crímenes continuaron.

La siguiente noche, entraron a la residencia Los Feliz, en otro distrito de Los Ángeles, y mataron en un asesinato casi copiado al calco a Leno y Rosemary LaBianca. Manson eligió la vivienda al azar, todos entraron, eran los mismos, solo que Manson se sumó en esta ocasión. Amarraron al matrimonio y entonces Manson se fue y dejó el asesinato en manos de sus cómplices.

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A Leno le clavaron un tenedor en el estómago y le escribieron la palabra "war" (guerra); en la garganta le dejaron un cuchillo. Con la sangre de ambos, escribieron en las paredes y en el refrigerador de la casa las frases "muerte a los cerdos" y "Healter Skelter", el nombre mal escrito de una canción de la popular banda Los Beatles y que los criminales utilizaban para referirse a su supuesta guerra racial.

"La gente estaba muy aterrorizada porque esos parecían ser asesinatos sin ningún motivo", dijo al diario Los Ángeles Times el fiscal que lideró la investigación, Vincent Bugliosi, quien murió en 2015. En solo dos noches, siete personas habían sido masacradas con un total de 169 puñaladas.

Los habitantes de Los Ángeles entraron en pánico. Las ventas de armas aumentaron entre los atemorizados que preferían tenerla en casa para defenderse y no ser las próximas víctimas. "Fueron unos asesinatos particularmente brutales", recordaba el fiscal. "Manson se convirtió en una metáfora del demonio y el demonio tiene su fascinación".