La familia de Óscar Omar Hernández, el niño hispano de 13 años que fue asesinado por su entrenador de fútbol, acusó formalmente a la ciudad y el condado de Los Ángeles por negligencia. Los abogados argumentan que Mario Edgardo García Aquino, de 43 años, ya había enfrentado acusaciones de abuso contra menores antes de ingresar al equipo.