Las niñas Erika y Eva nacieron unidas de la cadera y el esternón, el hueso que enlaza las costillas. Tienen dos años de edad y son hijas de inmigrantes mexicanos radicados en un suburbio de Sacramento, California. Los médicos han programado para el mes de diciembre la operación quirúrgica que las separaría. Las probabilidades de éxito son del 70%.