Una mujer cuenta que una extraña se le acercó para preguntarle si tenía alhajas que no usara y que pudiera venderle. Afirma que le mostró a la presunta estafadora unos $20,000 en joyas. De inmediato, la sospechosa llamó a un hombre por teléfono, que minutos después llegó con líquidos y otros elementos para, supuestamente, hacerles pruebas a los artículos. La víctima resultó engañada y despojada de sus valiosas prendas.