En condiciones infrahumanas vivían los chicos del clóset en Texas

HOUSTON, Texas – Una mujer fue detenida y enfrenta cargos de secuestro agravado y lesiones a un menor luego de que investigadores del condado Fort Bend encontraron a sus siete hijos adoptivos encerrados en un cuarto bajo condiciones infrahumanas.

Los siete menores, de entre 14 y 16 años, fueron retirados del hogar que compartían con Paula Sinclair, de 54 años, el pasado 23 de noviembre y se encuentran bajo el cuidado de la agencia de Servicios de Protección al Menor (CPS).

Otro niño de 7 años, quien vivía en la misma residencia y estaba bajo el cuidado de Sinclair, murió en el 2011, se supo este miércoles.

Una representante de CPS dijo que la mujer recibía entre 300 y 500 dólares mensuales por cada menor bajo su cargo. “No puedo pensar en una situación más deplorable que la que hemos conocido en este caso. Es absolutamente desgarrador que estas personas se estén aprovechando de una mala situación a costa de niños que no pueden defenderse por sí mismos”, dijo Troy E. Nehls, sheriff del condado de Fort Bend.

En la casa donde Sinclair vivía con los menores adoptados también residía un hombre identificado como Allen Richardson, de 78 años, a quien conocían como ‘Couch’. El anciano también fue detenido y afronta los mismos cargos que Sinclair. A ambos les fue fijada una fianza de 100,000 dólares.

De acuerdo con los investigadores del caso, los siete menores compartían una misma habitación con hedor a orina y heces.

Cuando Sinclair salía a hacer diligencias o a llevar a Richardson al médico encerraba con llave a los chicos dentro de un pequeño clóset que también contenía ropa y cajas. El día que los investigadores encontraron a los menores, uno de ellos que padece síndrome de Down tenía puesto un pañal sucio.

Señales de maltrato físico y desnutrición

Los siete menores también fueron maltratados físicamente y no recibían una alimentación adecuada, agregaron los investigadores. Fueron golpeados con un palo de madera y solo los alimentaban dos veces al día con frijoles y arroz.

Cuando los trabajadores sociales asignados al caso los entrevistaron descubrieron que todos tenían dificultades de aprendizaje y jamás habían acudido a la escuela.

Sinclair recibía, además, dinero por el arriendo de habitaciones en el primer piso de su casa a tres adultos que requieren cuidados especiales, una práctica se conoce como ‘hogar comunitario’ (Group Home en Inglés).

David Miller, uno de los inquilinos por los pasados cinco meses, dijo que en la casa todo era un secreto y que no podía hablar con los niños. Afirmó que solo los veía a través de las rejas de los barandales del segundo piso y que en una ocasión uno de los niños le expresó que quería hablar con él. “Yo le escribí mi número en un papel y lo dejé en las escaleras”, dijo Miller.

Días después, Miller recibió un mensaje de texto de uno de los adolescentes: “David, es uno de los niños del segundo piso, quería obtener tu número para hablar contigo, pero ahora ya lo tengo. No nos hables frente a ‘Couch’, mantén en secreto que nosotros hablamos contigo y siempre ven afuera para hablarnos cuando te llamemos”. Miller aseguró que no respondió el mensaje sin explicar por qué.

Luego de ser hallados por las autoridades, los chicos fueron llevados a un centro de servicios infantiles del condado de Fort Bend para ser entrevistados y luego a un hospital para recibir atención médica.

Los investigadores del caso explicaron que CPS no tenía la obligación de visitar regularmente a la familia para hacer seguimiento a la condición de los niños debido a que fueron adoptados de forma permanente cuando eran pequeños.

Vea también:

Cinco casos de menores desaparecidos que conmocionaron a sus comunidades