La Corte Suprema autorizó a las clínicas de aborto a demandar al gobierno de Texas por poner en marcha una ley que prohíbe esta práctica. Sin embargo, varias organizaciones no aceptan la determinación, pues la norma sigue en vigencia. "Estamos forzando a las personas a continuar embarazos que no desean", dijo Alejandra Soto, portavoz del Planned Parenthood.