Las autoridades del área metropolitana de Houston unen esfuerzos para detectar conductores que estén tras el volante bajo los efectos del alcohol y las drogas, antes, durante y después de las celebraciones de Año Nuevo. La iniciativa de incrementar la presencia de oficiales de diferentes agencias del orden en las carreteras busca, entre otras cosas, prevenir accidentes. En Texas, manejar bajo dichas circunstancias es un delito menor de clase B, lo que supone serias consecuencias.