En los últimos dos años, oficiales de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) en el área portuaria de Houston/Galveston han interceptado cientos de armas, cargadores y miles de municiones que intentaban ser enviadas de forma ilegal a países como Honduras, en un esfuerzo decisivo para frenar la violencia y la inestabilidad en la región.